Los habitantes de Gaza, hacinados en endebles tiendas de campaña pegadas a la orilla del mar, se han visto inundados en los últimos días por las fuertes lluvias y las mareas ciclónicas, que han destruido algunos refugios, empapado colchones y mantas y provocado una nueva miseria, incluso después de un alto el fuego.
El gobierno de Gaza, dirigido por Hamas, cifró las pérdidas ocasionadas por el temporal en unos 4.5 millones de dólares, que incluyen 22 mil tiendas, alimentos y medicinas estropeados y daños en las infraestructuras, mientras que los grupos de ayuda locales afirmaron que se necesitan de forma urgente 300 mil nuevas tiendas.
Casi todos los gazatíes se vieron obligados a abandonar sus hogares durante los más de dos años de asalto israelí al diminuto y abarrotado enclave, desencadenado por el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, y muchos viven ahora en tiendas de campaña y otros refugios básicos.
Para Abu Mohammed al-Qarra, la lluvia y el frío fueron devastadores, con el agua entrando en la tienda de su familia en una playa a solo 20 metros de las olas, empapando sus posesiones y obligándoles a pasar una noche moviendo frenéticamente sus cosas.
"No hay calor ni nada. Llevo levantado desde las cinco de la mañana, y (ahora) estoy en casa de mis vecinos porque quiero (descansar) y olvidar el frío y las cosas que estamos sufriendo", comentó.