Pekín. La actividad de las fábricas chinas se contrajo por séptimo mes consecutivo en octubre, arrastrada por una caída de los nuevos pedidos de exportación, ya que el impulso de meses de anticipación para superar las amenazas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, finalmente se desvaneció.
El índice oficial de gerentes de compras (PMI) cayó a 49.0 puntos en octubre frente a los 49.8 de septiembre, un mínimo de seis meses, mostró el viernes la encuesta de la Oficina Nacional de Estadísticas. El dato permaneció por debajo de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción y no alcanzó el pronóstico de 49.6 esperado en una encuesta de Reuters.
Las autoridades habían confiado en que los fabricantes se apresurarían a enviar sus productos a Estados Unidos, la primera economía de consumo del mundo, antes de que los gravámenes de tres dígitos que podrían aplicarse a los productos chinos en los tres primeros trimestres de 2025 ayudaran a compensar la debilidad de la demanda interna.
Pero los analistas habían advertido de que la estrategia era insostenible, al tomar prestado el crecimiento del futuro para que la segunda mayor economía del mundo pareciera estable.
Los propietarios de fábricas intensificaron sus esfuerzos para llegar a nuevos clientes en Europa, América Latina, Medio Oriente y África, pero cada vez venden con pérdidas, sin otros mercados que absorban ni de lejos los 400 mil millones de dólares en bienes que Estados Unidos compraba antes.
Los economistas calculan que la pérdida del mercado estadunidense ha recortado el crecimiento de las exportaciones en unos 2 puntos porcentuales, o aproximadamente 0.3 por ciento del producto interno bruto.
Los dirigentes económicos están tratando de ver si la economía china, de 19 billones de dólares, está en camino de alcanzar su objetivo oficial de crecimiento para 2025, en torno a 5 por ciento, sin necesidad de recurrir a nuevos estímulos.