Víctima de su propia prepotencia y megalomanía, arrinconado por el Servicio de Administración Tributaria, agarrado con las manos en la masa por la justicia gringa y perseguido por inversionistas estadunidenses, Ricardo Salinas Pliego de todas pierde todas, y de agredir despóticamente a las instituciones del Estado mexicano y amenazarlas con “demandas en Estados Unidos”, pasó, cínico, a proponer “una mesa de diálogo responsable, de negociación abierta, seria y transparente entre “mi equipo” y el del gobierno nacional, “donde podamos encontrar puntos de acuerdo y construir soluciones justas para que las empresas de mi grupo paguen lo que es justo y corresponde, ni más ni menos, de acuerdo con la ley”.
La respuesta de la presidenta Sheinbaum no tardó en llegar: no se trata de una “negociación en lo oscurito; esos tiempos ya quedaron en el pasado; no es asunto de sentarnos a negociar qué sí y qué no; mesas técnicas ha habido muchísimas sobre este caso, en particular. Entonces, él (Salinas Pliego), o este grupo, tiene derecho a lo que cualquier deudor en caso de que pague. Siempre vamos a estar abiertos al diálogo, nunca cerraremos la puerta a nadie; pero negociación de la ley, nunca; esto no es autoritarismo, es la ley; no puede ser una negociación de ‘qué te quito’, porque esto ya se trabajó muchísimo, no es de ahora; vienen algunos (adeudos fiscales) desde 2008, o sea, estamos hablando de la época de Calderón, incluso, algunos de la época de Peña Nieto, ni siquiera son de 2018 para acá los nueve casos; ¿quiere pagar? Adelante: ahí está el SAT”.
La mandataria convocó a la procuradora fiscal de la Federación, Grisel Galeano García, para que detallara el historial de impuestos no pagados por Salinas Pliego y su grupo empresarial. Por ejemplo, “nueve créditos (fiscales) que están muy pronto, muy pronto, para resolverse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para ser exigibles, y justamente están concentrados en cuatro de estas empresas, de muchas, que forman este gran consorcio”.
Y la procuradora entró al detalle, sin mencionar nombres: “una de esas empresas adeuda por los ejercicios fiscales 2008, 2010, 2011 y 2012; 17 años sin pagar impuestos. En la empresa número 2 traemos también un ejercicio fiscal de consolidación desde 2009 –hace 16 años–, más el ejercicio de la desconsolidación. Una multa por pérdida indebida en la empresa 3; y en la empresa número 4 también deducciones indebidas. Todo en el mismo grupo empresarial, es una estrategia de grupo”. Y en los nueve asuntos que suman estas empresas “ya se acumularon 48 mil 382 mil millones de pesos como adeudo total. Recordemos que se va actualizando; si no se paga, se actualiza y entonces crece. Y estos casos ya están a punto de fallarse en la Suprema Corte”.
Las empresas del Grupo Salinas hicieron circo, maroma y teatro para evadir al fisco: entre otras argucias, movieron sus números y aparentaron pérdidas; hicieron muchos movimientos corporativos, varias fusiones, divisiones de empresas y generaron artificialmente una pérdida fiscal que luego fue usada para pagar menos impuestos; un régimen especial (de consolidación, ya desaparecido) les daba beneficios, pero no regresaban el dinero; en todo estos años no han querido sentarse a hacer cuentas claras con el SAT; declararon pérdidas indebidas al vender acciones (movimientos corporativos de ventas de empresas y compran acciones en otras y no calculaban correctamente el costo promedio de cada acción; no todas cuestan igual; aprovechaban empresas que traían pérdidas o ya iban en picada, las compraban, las hacían suyas como pérdidas, las inflaban y luego las restaban de sus utilidades o de sus ganancias, y eso hacía que disminuyeran sus montos de impuestos. Esas prácticas sucias y muchas más.
Sin embargo, tras las revisiones respectivas, dijo la procuradora, “en la mayoría de los juicios se ha determinado que el SAT tiene la razón, ha ganado y desde la primera instancia; pero las acciones de litigio de este grupo han sido muy agresivas y por eso nos han llevado tantos años, hasta ahora, que vamos a esperar una resolución firme, ya, de la Suprema Corte de Justicia”.
Lo subrayó la mandataria: “no es un asunto político, es el cumplimiento de la ley: la Presidenta, el director del SAT, el secretario de Hacienda, no pueden, por Constitución, condonar, hacer exenciones; la Carta Magna claramente dice: las condonaciones y exenciones de impuestos en los términos y condiciones que fijan las leyes están prohibidas”.
Entonces, a pagar.
Las rebanadas del pastel
Y tras lo anterior, la cuenta en la red social X del verborreico Salinas Pliego ha permanecido en sepulcral silencio.
X: @cafevega