Ciudad de México. El proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2026 muestra un camino más difícil para la consolidación fiscal en un entorno de crecimiento económico débil y después del progreso logrado en 2025, advirtió la calificadora Fitch en un análisis.
Señaló que la consideración está en línea con las expectativas de Fitch Ratings incorporadas en su afirmación del pasado mes de abril, de la calificación soberana 'BBB-'/Estable
La calificadora expuso que la propuesta presupuestaria presentada el 8 de septiembre pasado, fija las necesidades de financiamiento del sector público en 4.1 por ciento del producto interno bruto (PIB), lo que representa la medida más amplia del déficit fiscal.
“Esto implicaría una consolidación moderada desde 4.3 por ciento en 2025, que se incrementó desde el 3.9 por ciento, y supone una relajación significativa respecto al 3.2 por ciento señalado en las directrices presupuestarias de abril, es decir, en los Precriterios”, manifestó Fitch.
A su vez, la institución financiera destacó que desde que asumió el cargo en octubre de 2024, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha recortado la inversión y el gasto operativo discrecional para reducir el elevado déficit fiscal que heredó y hacer espacio para los programas sociales.
La estimación del 4.3 por ciento del PIB para 2025 es 1.4 puntos porcentuales inferior a la de 2024, pero 0.4 puntos porcentuales superior a la meta original, dado el déficit de producción de Pemex y la liquidación de atrasos.
Esto se vio parcialmente compensado por la recaudación fiscal, que aumentó 6.4 por ciento interanual en términos reales hasta agosto de 2025, a pesar de un crecimiento moderado, impulsada por las medidas administrativas y la tributación del comercio electrónico.
“Sin embargo, la mejora fiscal se está volviendo más difícil de lograr sin una reforma importante que aumente los ingresos. La austeridad en el gasto de capital y los gastos operativos discrecionales podría haber alcanzado un límite práctico, y nuevos recortes podrían exacerbar la debilidad económica”, señaló la institución financiera.
Agregó que en reconocimiento de esto, el presupuesto de 2026 flexibiliza el ritmo de la consolidación fiscal.
“Se espera que un paquete de medidas de recaudación, que incluye mayores impuestos al pecado (por ejemplo, sobre las bebidas azucaradas), aranceles de importación y menores deducciones fiscales, incremente la recaudación fiscal en 0.3 por ciento del PIB y financie una inversión y un gasto social ligeramente superiores, para mitigar el impacto de la austeridad”, concluyó la firma.