Buenos Aires. Luiz Inácio Lula Da Silva recibió el viernes un fuerte espaldarazo de miles de argentinos arengados por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner para pelear por la presidencia de Brasil durante un multitudinario acto para celebrar los 38 años del retorno de la democracia en Argentina.
“Que Lula vuelva a ser presidente de Brasil”, pidió Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta y ex mandataria (2007-2015) desde un escenario en la histórica Plaza de Mayo de Buenos Aires. Miles de personas victorearon al dirigente brasileño al grito de “vamos a volver”.
“No lo necesitamos nosotros, sino millones de brasileños que quieren volver a sentirse incluidos, tener un salario digno y mandar a sus hijos a la universidad”, apuntó la líder peronista.
Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, fue parte —junto a Fernández de Kirchner— de la ola de gobiernos progresistas que predominaron en Sudamérica en la primera parte del siglo XXI, en un periodo de prosperidad económica y mejora de indicadores sociales que coincidieron con precios récord de materias primas. Al mismo tiempo sus gestiones estuvieron ensombrecidas por graves denuncias de corrupción.
El dirigente izquierdista de 76 años no ha oficializado aún su postulación a un tercer mandato en las elecciones de 2022, pero se perfila como el candidato con más chances de impedir la reelección del liberal Jair Bolsonaro.
Encarcelado en abril de 2018, Lula no pudo participar en la elección que ganó Bolsonaro. Recuperó la libertad en noviembre de 2019 cuando la Corte Suprema falló que una persona solo puede ser encarcelada una vez que se han agotado todas las apelaciones.
“Lula ha sido un líder latinoamericano inmenso. Lo es aún”, destacó el presidente argentino Alberto Fernández. “Lula, siempre que un hombre pase lo que te tocó pasar a vos, voy a estar al lado de ese hombre, porque ningún hombre merece la cárcel injusta”.
El gobierno argentino organizó un acto para conmemorar la fecha en la que Raúl Alfonsín asumió como primer presidente democrático después de la sangrienta dictadura militar (1976-1983), que según organismos de derechos humanos asesinó a 30 mil disidentes.
Sin la presencia de referentes de la oposición ni de otros ex presidentes que sucedieron al ya fallecido Alfonsín, el acto se volvió la excusa para reunir otra vez en el escenario a dirigentes progresistas que gobernaron la región en la década pasada justo en momentos en que Sudamérica está atravesada por una puja cada vez más radical entre la centro-izquierda y la derecha.
El ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica (2010-2015) ofició de presentador del “querido y compañero amigo Lula, que va a ser el presidente de Brasil”.
Lula no se refirió a su eventual candidatura, pero recordó que “tuve la felicidad de gobernar Brasil en periodo...(en el que) compañeros progresistas, socialistas, humanistas fueron parte del mejor momento de democracia de nuestra Patria Grande” y mencionó entre otros a Néstor Kirchner en Argentina; Evo Morales en Bolivia; Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador y Michelle Bachelet en Chile.
El ex mandatario brasileño afirmó que mucha gente joven “no tiene todas las informaciones, pero puedo afirmar que nuestra América del Sur de 2000 a 2012 fue el mejor periodo, cuando expulsamos al ALCA y afirmamos el Mercosur, cuando creamos Unasur, creamos la Celac”.
Lula agradeció “a cada hombre y mujer de Argentina que le prestaron solidaridad” cuando estuvo detenido y en la única referencia al futuro le prometió al presidente argentino Fernández que “estaré a su lado para mejorar la vida del pueblo argentino”.