Kiev. Las fuerzas rusas lanzaron potentes bombas planeadoras y drones contra la segunda ciudad más grande de Ucrania en ataques nocturnos, que alcanzaron un hospital e hirieron a siete personas, informó un funcionario este martes, mientras la ayuda militar europea para Kiev caía drásticamente y el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, se preparaba para pedir misiles Tomahawk a su homólogo estadunidense, Donald Trump.
El ataque ruso en Járkov, en el noreste de Ucrania, golpeó el hospital principal de la ciudad, lo que obligó a evacuar a 50 pacientes, afirmó el jefe regional, Oleh Syniehubov. Los principales objetivos del ataque fueron instalaciones energéticas, señaló Zelensky, sin dar detalles sobre lo que fue alcanzado.
“Cada día, cada noche, Rusia ataca plantas de energía, líneas eléctricas y nuestras instalaciones de gas (natural)”, escribió Zelensky en Telegram.
Los ataques rusos de largo alcance contra la red eléctrica de su vecino forman parte de una campaña desde que Moscú lanzó una invasión a gran escala en febrero de 2022 para deshabilitar el suministro de energía de Ucrania, negando a los civiles calefacción y agua corriente durante el crudo invierno.
El líder ucranio instó a los países extranjeros a ayudar a frenar los ataques de largo alcance de Rusia proporcionando más sistemas de defensa antiaérea para el país, que es casi del tamaño de Texas y difícil de defender completamente desde el aire.
“Contamos con las acciones de Estados Unidos y Europa, el G7, todos los socios que tienen estos sistemas y pueden proporcionarlos para proteger a nuestra gente”, declaró Zelensky. “El mundo debe obligar a Moscú a sentarse a la mesa para negociaciones reales”.
Zelensky se reunirá con Trump en Washington el próximo viernes. Se espera que las conversaciones se centren en la posible provisión de armas sofisticadas de largo alcance por parte de Estados Unidos a Ucrania, que puedan contraatacar a Rusia.