Jacala de Ledezma, Hgo. Diariamente, Yareli Ortiz, de nueve años, emprendía junto a su madre un recorrido de extenuantes 16 kilómetros por un sinuoso camino de terracería para poder estudiar en la escuela del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) de la comunidad vecina de Xiopa, ya que en Rancho Nuevo, donde vive, no existe una primaria.
Hace apenas dos semanas, su historia, publicada en La Jornada, conmovió a migrantes y personas solidarias, quienes, tras un llamado de la activista Carolina Guerrero, lograron reunir recursos para comprar una cuatrimoto que le permitiría a su mamá, Mercedes Rivera llevarla a clases con mayor facilidad.
Sin embargo, la ilusión de Yareli duró poco: el paso del huracán ‘Priscilla’ devastó el camino que conduce al plantel, dejándolo intransitable y volviendo a aislar a la niña de su escuela, lo que ha puesto en riesgo otra vez su sueño de ser astrónoma.
Entre la noche del pasado jueves y primeras horas del viernes, las intensas lluvias provocaron el colapso de caminos en la localidad de Rancho Nuevo, municipio de Jacala, Hidalgo. Toneladas de lodo y rocas se desprendieron de los cerros cercanos y bloquearon los accesos, dejando incomunicados a los habitantes.
En entrevista telefónica con La Jornada, Antonio Ortiz, padre de Yareli, relató que los deslaves bloquearon los caminos que conectan Rancho Nuevo con Santo Domingo y Xiopa. “La lluvia tumbó postes de luz, así que desde la madrugada del viernes no hay electricidad en varias comunidades”, explicó.
Antonio se encuentra desde la semana pasada trabajando temporalmente como albañil en Escobedo, Querétaro. Por ello, no estaba en casa durante la tormenta y solo hasta este lunes pudo comunicarse con su esposa. “Gracias a Dios están bien, tanto ella como Yareli, aunque el agua entró a la casa”, dijo.
Sin energía ni internet, Mercedes Rivera, madre de Yareli, se vio obligada a caminar por veredas peligrosas hasta Xiopa para poder cargar su celular.
Un vecino de Xiopa y que es propietario de una planta de luz portátil ha permitido a los pobladores recargar sus dispositivos de manera solidaria. “El camino está prácticamente desaparecido; ni las motos pueden pasar”, narró Antonio
Autoridades municipales anunciaron que llevarán víveres a Rancho Nuevo, pero hasta ahora no han llegado. “Como los caminos están bloqueados, los empleados de la presidencia se están trasladando a pie”, indicó.
Aunque la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH) suspendió clases en 34 municipios por la contingencia, entre ellos Jacala, Antonio considera difícil que su hija retome sus estudios en cuanto se reanuden las actividades: “Vamos a tener que esperar a que el camino quede reparado, y parece que eso tomará bastante tiempo”.
Ante la lenta respuesta oficial, la activista Carolina Guerrero instaló un centro de acopio para distribuir alimentos en comunidades incomunicadas por el desbordamiento del río Amajac, incluida Rancho Nuevo.