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Apuntes postsoviéticos

16 de agosto de 2025 09:12

Una de las muchas consecuencias negativas para Rusia de su llamada “operación militar especial” en Ucrania es la notoria pérdida de influencia del Kremlin en la estratégica región del Cáucaso del sur, donde –en virtud de numerosos factores– dejó de ser mediador clave y garante de seguridad entre Armenia y Azerbaiyán, funciones que cedió sin chistar a la Casa Blanca de Donald Trump.

Los líderes de Armenia, Nikol Pashinian, y de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, firmaron hace una semana en Washington, con Trump de protagonista, un pre acuerdo de paz, que consta de 17 puntos inicializados y dos cuestiones pendientes, en principio ya acordadas.

Una es solicitar a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que cancele el Grupo de Minsk, copresidido por Rusia, Francia y Estados Unidos, que se creó en 1997 para tratar de resolver el conflicto de Nagorno-Karabaj, origen de cruentos enfrentamientos entre armenios y azeríes desde 1988, en las postrimerías de la Unión Soviética, y que resolvió por la fuerza Azerbaiyán, con el apoyo de Turquía, en 2023 ante la inacción de Rusia que se negó a prestar ayuda militar a Armenia, volcada en su campaña en Ucrania. La decisión de disolver el Grupo de Minsk se hará oficial por votación de los cancilleres de los países de la OSCE en Viena los días 4 y 5 de diciembre próximos.

Y la otra es un poco más complicada porque Pashinian se comprometió a llevar a cabo un referendo constitucional para borrar toda mención de Nagorno-Karabaj como parte de Armenia, ya que tras su derrota militar admitió que el disputado enclave pertenece a Azerbaiyán. No hay fecha apalabrada para ese referendo, pero sería lógico que lo convoque después de las elecciones legislativas de junio de 2026.

No menos significativa que el preacuerdo de paz es la decisión de crear una Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad (TRIPP, por sus siglas en inglés), que saca del escenario a Rusia que promovía fundar el “corredor de Zangezur” por 43 kilómetros de territorio armenio para conectar Azerbaiyán con su exclave de Najichevan, que limita con Armenia, Irán y Turquía. Los guardafronteras rusos deberán irse a casa y la vigilancia del TRIPP, donde Washington tendrá todo tipo de preferencias económicas, correrá a cargo de una empresa militar privada de Estados Unidos.

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