Ciudad de México. Actualmente, los países de América Latina y el Caribe experimentan una “crisis del cuidado”, la cual se agudizará en los próximos 25 años, debido al envejecimiento poblacional. Se estima que para el 2050 la población de 65 años y más se duplicará, alcanzado el 18.9 por ciento, es decir, 138 millones de personas en la región, alertó el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar Xirinachs.
En la sesión inicial de la XVI Conferencia sobre la Mujer de América Latina y el Caribe (CRM), el titular de la Cepal advirtió que aunque la población infantil está disminuyendo, se han iniciado los procesos de envejecimiento, con alta feminización, lo cual detonará una creciente demanda de cuidados.
Resaltó que las proyecciones de la Cepal indican que habrá “crecientes necesidades de cuidado de personas adultas mayores sin haber resuelto aún el cuidado infantil”.
En medio de esta crisis de cuidados, Salazar Xirinachs destacó que la inversión de tiempo de trabajo en labores no remuneradas y de cuidado, es totalmente inequitativa entre hombres y mujeres, ya que mientras ellas destinan dos tercios de tiempo al trabajo no remunerado, los hombres apenas invierten un tercio en esas labores.
En este contexto, la carga de trabajado no remunerado de las mujeres sobrepasa las 20 horas semanales hasta el final de su vida, es decir, más allá de los 80 años.
María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres, dijo que los países de Latinoamérica y el Caribe crecen “en los hombros de las mujeres”, porque el valor económico del trabajo no remunerado que ellas realizan, sobre todo labores domésticas y de cuidado, representan en promedio el 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de los países.
Sostuvo que si hubiera una distribución más equitativa de cuidado entre hombres y mujeres, estas últimas podrían integrarse en mayor medida en el mercado laboral formal. “¡Imagínense! En vez de 52 por ciento de acceso de mujeres al mercado laboral, podríamos llegar al 63 por ciento” en los próximos años.
Subrayó que en los países de la región, las inversiones en temas de cuidado son insuficientes, casi insignificantes con relación a lo que contribuyen las mujeres todos los días en nuestros países.
Llamó a los gobiernos a destinar recursos económicos a sistemas de cuidados, ya que éstos generan empleo formal y son motor de la economía.
A su vez, Laura Pautassi, investigadora principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina (CONITEC), aclaró que el acceso a cuidados no es meramente una medida asistencial, que recibir cuidado o contar con las condiciones para brindarlos constituye un elemento esencial para ejercer la libertad de forma autónoma y participar plenamente en la vida en sociedad.
“Reafirmar el derecho a cuidar, a ser cuidado y al autocuidado en igualdad y no discriminación fortalece a la democracia en momentos de profunda crisis global y ante posiciones cada vez más conservadoras con gobiernos y líderes políticos que niegan las desigualdades estructurales y los derechos humanos”, aseveró Pautassi.
En tanto, Paula Narváez Ojeda, representante permanente de Chile ante las Naciones Unidas, aseguró que el tema de los cuidados no es exclusivo de las mujeres, sino de toda la sociedad.
“Este debate no puede limitarse a sectores de las mujeres, debe estar en todas las agendas globales: económica, climática, digital, de seguridad y más, porque si no la integramos transversalmente, seguiremos administrando crisis en lugar de construir soluciones sostenibles”, puntualizó.