México, Estados Unidos y Canadá, como otras naciones del mundo, deben de transitar masivamente hacia las economías regenerativas y resilientes que sean accesibles para la población, ante el incremento de los efectos del calentamiento global y la contaminación, señaló Rodolfo Lacy Tamayo, consejero de sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la 32 sesión ordinaria del Consejo de la Comisión para la Cooperación Ambiental, el especialista resaltó que los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sólo han cumplido diez de los 112 objetivos de desarrollo sostenible, 18 están cerca de alcanzarse y 19 por ciento están lejos de cumplirse.
Resaltó que se requieren de más esfuerzos para garantizar que ninguno de los miembros se quedé rezagado, restaurar la confianza de las instituciones y reducir las presiones sobre el planeta. Como ejemplo, apuntó que no se han cumplido las metas del objetivo 14, que fijan para 2025 prevenir y reducir significativamente la contaminación marina, en particular la causada por actividades terrestres.
Sobre este tema, acotó que la Fundación Ellen MacArthur estimó que habían más de 150 millones de toneladas de plásticos en los océanos. Pronosticó que para este año se contenga una tonelada plástica por cada tres toneladas de peces, y para 2050 haya en peso más plásticos que estos animales, lo que representa una amenaza para la salud en la población.
Señaló que de lograrse un tratado global sobre plásticos y la regulación de la industria, esta meta se podría cumplir. Subrayó que este sector no tiene una supervisión estricta a nivel mundial, lo que fomenta el gran índice de contaminación.
A su vez, destacó que el calentamiento global y los eventos meteorológicos de gran impacto cada vez ha incrementado, lo que ha impulsado en las naciones y comunidades vulnerables migraciones, lo que a su vez podría ocasionar conflictos sociales. Agregó que la comunidad científica ha pronosticado que el fenómeno de El Niño (el calentamiento inusual de las aguas superficiales del Pacífico) podría quedarse fijo, lo que afectaría a los ecosistemas y a las poblaciones.
Sobre los procesos de transición de adaptación, comentó que deben contemplar prioridades por sectores, como reducir las vulnerabilidades, aplicar sistemas de alertas tempranas ante fenómenos climáticos, planeación alineada de metas climáticas, creación de entornos para inversión o corredores ecológicos, gestión de la demanda del agua y construcción sostenible de ciudades o trasporte de emisiones cero, entre otros.
Ante esto, comentó que los países del mundo, como los de Norteamérica, deben colaborar para hacer accesible a la población este tipo de transiciones, sobre todo de manera económica, con la finalidad de evitar mayores daños en el futuro.