Ciudad de México. Para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) planteó la integración de un comité tripartito que permita evaluar permanentemente las condiciones macroeconómicas, y en caso de que el país caiga en una recesión, la transición de la reforma debe pausarse.
Juan José Sierra, presidente del organismo del sector privado, señaló que la transición debe ser ordenada y que se establezcan esquemas flexibles de jornadas semanales o quincenales, con base en la operación de cada industria, entre ellas la minería, construcción, turismo o el comercio.
“Proponemos una transición ordenada, una implementación escalonada por sectores; una revisión periódica guiada por un comité tripartito conformado por representantes del gobierno, los trabajadores y el sector empresarial, que permita evaluar anualmente si las condiciones macroeconómicas nacionales e internacionales justifican mantener el ritmo del cambio, ajustarlo o reforzarlo.
“Y si en algún momento las condiciones cambian drásticamente, por ejemplo ante una recesión económica, ese mismo mecanismo debe permitir hacer una pausa, un ajuste o una adecuación temporal sin desviar el objetivo de fondo”, señaló en el quinto foro para la implementación de la Semana Laboral de 40 horas, que se realizó en Querétaro.
En la inauguración, el secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Bolaños López, señaló que México se encuentra rezagado en comparación con los países miembros de la OCDE, respecto a la reducción de la jornada laboral.
Por ello, reiteró que nuestro país busca, con este cambio laboral, alinearse con los compromisos internacionales del país.
Detalló que los beneficios de la reducción de las horas de trabajo ya han sido probados en otros países, entre ellos disminuir la fatiga, los errores en el trabajo, los accidentes, el ausentismo, los conflictos entre la vida personal y laboral.
En tanto, Sierra explicó que el comité tripartito sea una instancia similar a la que analiza los incrementos anuales al salario mínimo.
“Año con año analizamos con seriedad la inflación, el desempeño económico, el impacto en las empresas y las condiciones sociales. Gracias a ese análisis riguroso, se logró un aumento de más del 150% en términos reales, sin generar inflación y pérdida de empleo”, recalcó.
El sector patronal también planteó que haya apoyos a la micro y pequeñas empresas, las cuales –dijo– generan 65 del empleo, además de que haya incentivos fiscales como la deducibilidad total de prestaciones laborales, y que se revise el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el subsidio al empleo para que nadie pierda ingreso y nadie tenga que salir de la formalidad.
Francisco Martínez Domene, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano, enlistó seis propuestas para la reducción de la jornada laboral, y consideró que se requiere que además de que sea gradual, haya apoyos financieros, inversión en tecnología, capacitación, además de que haya un monitoreo continuo.
En tanto que Eduardo Ulises Chávez Hidalgo, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de Querétaro, consideró que este esquema “no es aplicable y tampoco es viable para el sector terciario mexicano”, ya que opera con condiciones estructurales laborales y productivas distintas al resto de la economía.