El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Marlon Vargas, anunció el fin del paro, aunque algunas organizaciones se mantendrán en movilización y protesta.
El mandatario ecuatoriano había dispuesto una intervención en Imbabura, epicentro del paro nacional indígena que no prosperó y que se contuvo en esta región.
Tras 15 días del paro nacional popular las posibilidades de un diálogo entre el gobierno y la dirigencia de la Conaie, se cierran y la amenaza de mayor represión se incrementa con una nueva declaratoria de estado de excepción en 12 provincias.
Según la organización, esta decisión traerá consigo pérdidas por más de 8 mil millones de dólares, tras un proceso "oscuro y sin transparencia" para ceder la explotación de este recurso estratégico al consorcio Sinopetrol.
En su mensaje, la organización indígena calificó el suceso como "una clara violación en la soberanía mexicana y un desprecio absoluto por las normas internacionales".
La confederación aseguró que no quiere presencia militar o policial en los proyectos de explotación porque la mayoría se encuentran encomunidades indígenas.