Santa Fe. El gobierno del presidente Donald Trump anunció este miércoles sus planes de añadir otra zona militarizada a la frontera sur, esta vez en California, como parte de un importante cambio de involucrar a las fuerzas armadas en labores fronterizas como nunca antes.
El Departamento del Interior señaló que transferirá a la Armada la jurisdicción a lo largo de la mayor parte de la frontera internacional de California con México, con el fin de reforzar "el papel histórico que las tierras públicas desempeñan en la salvaguarda de la soberanía nacional".
El Departamento del Interior calificó la nueva zona de defensa nacional en California como un área de enorme actividad de inmigrantes que ingresan irregularmente al país. Sin embargo, el número de arrestos de la Patrulla Fronteriza a lo largo de la frontera sur cayó este año hasta alcanzar su ritmo más lento desde la década de 1960, en medio de las labores federales para llevar a cabo deportaciones a gran escala.
La medida coloca largos tramos de la frontera bajo la supervisión de bases militares cercanas, facultando a las tropas estadunidenses para detener a personas que ingresan ilegalmente al país y eludir una ley que prohíbe la participación militar en la aplicación de la ley civil. La acción se realiza bajo la autoridad de la emergencia nacional que declaró Trump en la frontera sur durante su primer día en el cargo.
La estrategia militar comenzó en abril a lo largo de un tramo de 275 kilómetros de la frontera en Nuevo México, y luego fue expandida a porciones de la frontera en Texas y Arizona. La zona militarizada recién designada se extiende casi desde los límites con Arizona hasta la Reserva Natural Otay Mountain, atravesando Imperial Valley y comunidades fronterizas como Tecate, California, del otro lado de la frontera con la ciudad mexicana del mismo nombre.