Ciudad de México. Los riesgos cibernéticos crecen con una integración más profunda de la Inteligencia Artificial (IA) y a medida que las empresas la integran en sus flujos de trabajo, elevan la posibilidad de sufrirlos, advirtió hoy la calificadora Moody’s.
Expuso que los sistemas avanzados de IA son vulnerables a nuevos tipos de ciberataques, que incluyen inyecciones de instrucciones (prompt-injections), envenenamiento del modelo informático (model-poisoning) y secuestro de agentes (agent-hijacking).
“Estas vulnerabilidades amplían la superficie de ataque de las organizaciones y desafían los controles de ciberseguridad tradicionales”, sostuvo la institución financiera en su análisis “Perspectiva 2026: los riesgos aumentan en un panorama cambiante de IA”.
Moody’s comentó que las empresas que implementan sistemas multiagente que interactúan entre sí, enfrentan una mayor complejidad en la detección de amenazas y la respuesta a incidentes.
Esto se debe a que los componentes autónomos de la IA pueden actuar de manera impredecible o propagar errores a través de canales digitales conectados, lo que complica aún más la respuesta a incidentes.
“Las capacidades de la IA están mejorando rápidamente y la presión competitiva se mantiene alta. Los avances en los principales modelos de IA de Estados Unidos han aportado ganancias significativas en razonamiento, capacidades multimodales y uso de herramientas para la integración empresarial”, destacó.
Agregó que el impacto de la IA se expandirá a todas las industrias, pero el aprovechamiento del valor será cada vez más desigual.
Señaló que la IA ofrece grandes beneficios en tareas rutinarias, centradas en documentos u orientadas al cliente, pero los flujos de trabajo complejos aún enfrentan fricciones.
“Incluso cuando los modelos funcionan bien en entornos controlados, implementar IA en las operaciones de una empresa requiere rediseñar procesos completos”, aseguró Moody’s.
Manifestó que la geopolítica, la ciberseguridad y la divergencia regulatoria están ampliando los riesgos de la IA.
Dijo que la fragmentación geopolítica está redefiniendo el acceso a los chips, los recursos informáticos y la infraestructura de datos, lo que obliga a las multinacionales a operar tecnologías de IA por separado en distintas regiones.
“Una mayor integración de la IA en los flujos de trabajo aumenta la exposición a fallas operativas y ciberataques relacionados con los modelos”, dijo.
“Los regímenes regulatorios divergentes —desde la Ley de IA de la Unión Europea (UE) hasta el régimen de licencias de China— aumentarán aún más los costos de cumplimiento y complicarán la adopción global”, previó la calificadora.