El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que se localizaron los restos de tres entierros humanos, un tlecuil y material cerámico del antiguo estilo Azteca III, elementos que datan de la última ocupación de Tlatelolco, en el periodo Poscláscio Tardío (1325-1521), en la Lagunilla.
Dicho descubrimiento es resultado de los trabajos de salvamento arqueológico que se han realizado desde el día 6 de octubre en Eje central Lázaro Cárdenas, en la colonia guerrero y culminarán el sábado.
En un comunicado del INAH, la responsable del proyecto, la arqueóloga Jimena Rivera Escamilla de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), explicó que en las cercanías de la Zona Arqueológica de Tlatelolco se tiene registro de las etapas de ocupación de los mexicas y tlatelolca.
El arqueólogo de la DSA, Juan Carlos González Hurtado mencionó que: “Para tener un escaneo completo de la zona se realizaron nueve unidades de excavación de (2 x 2 metros de profundidad)una cala y un pozo estratigráfico (de 38.85 metros de profundidad) ya que se nos muestran 24 capas arcillosas que tienen intervención humana, dichos trabajos nos permiten corroborar los limites del islote”.
Los entierros encontrados pertenecen a la última ocupación del sitio, ya que la arquitectura encontrada nos puede dar indicios de que los asentamientos eran de caseríos, por otro lado se pudo corroborar de que no hay ocupación europea, ya que se cree que ellos se concentraron en el centro por los palacios, en Tenochtitlán.
Rivera Escamilla comentó que en el pozo 2 encontraron a un infante de aproximadamente de cinco años de edad al momento de su deceso en una fosa oval, a su alrededor estaba una ofrenda bicónica, al estilo de Texcoco, contando también con huesos de animales, los cuales se llevaron para analizar a que animal pertenecieron.
El neonato se halló en posición de decúbito ventral extendido (bocabajo), con los pies colocados en orientación opuesta a los del infante. Ambos se ubicaban a un costado de un muro. En el pozo 10 se encontró el cuerpo de un subadulto de unos quince años de edad, aún no se conoce su género el cual esta incompleto ya que el cráneo no se encontró, los especialistas estudiaran las vértebras para saber si lo perdió deliberadamente o con el paso del tiempo.
Con los datos obtenidos hasta ahora los arqueólogos refieren de que la vivienda perteneció a una familia que estaba por encima de la jerarquía de los esclavos, ya que podían conseguir cerámica, toda la que fue recuperada en el lugar aunque es de uso doméstico, no es común en asentamientos menos suntuosos.