Una de las tantas muestras del primitivismo de Donald Trump es su política migratoria, la cual, si bien no se aleja mucho del tradicional comportamiento de gobiernos anteriores en esta materia, se basa en la cacería, represión, humillación, encarcelamiento y sistemática violación de los derechos humanos de toda aquella persona indocumentada cuyo único “delito” es la búsqueda de oportunidades y la mejoría de sus niveles de bienestar. Si el magnate tuviera un ápice de inteligencia (algo por demás imposible), en lugar de la vía punitiva debía optar por la solución real, mediante un tratado migratorio, de una realidad innegable e inocultable que involucra a millones de seres humanos que viven, laboran y contribuyen al crecimiento de Estados Unidos. Pero tratándose de un tipo tan grotesco, eso es mucho pedir.
Días atrás, la presidenta Sheinbaum informó que a lo largo de los nueve meses del segundo periodo presidencial de Trump han sido detenidos 2 mil 382 mexicanos indocumentados, mientras en Estados Unidos se incrementan las muestras de repudio a la cacería de migrantes (morenos, la mayoría de ellos, lo que revela el carácter profundamente racista de la persecución), vilmente puesta en marcha por el magnate, él mismo descendiente de migrantes alemanes y escoceses.
Pero, dada la magnitud de una realidad que se niega a reconocer y, sobre todo, a solucionar, a Trump le faltará tiempo para completar su ignominiosa campaña con fines de limpieza étnica, porque a estas alturas alrededor de 20 por ciento de la población total en Estados Unidos es de origen “latino”, como allá la califican, es decir, constituye la primera minoría en aquel país.
El más reciente informe del Pew Research Center, con sede en Washington, revela lo siguiente: “los latinos se encuentran entre los grupos raciales o étnicos de más rápido crecimiento en Estados Unidos. Entre 2000 y 2024, la población latina casi se duplicó, pasando de 35.3 a 68 millones, representando más de la mitad del crecimiento poblacional total de Estados Unidos durante ese periodo (la mayoría, por mucho, es de origen mexicano). Hoy, los latinos constituyen el segundo grupo racial o étnico más grande del país, representando a uno de cada cinco estadunidenses. También son sorprendentemente diversos, relativamente jóvenes, mayoritariamente nacidos en Estados Unidos y cada vez más dispersos por todo el país”.
De acuerdo con dicho informe, el arribo a Estados Unidos de un gran número de inmigrantes procedentes de América Latina en 2023 y 2024 “provocó aumentos de la población latina de casi 2 millones al año, el mayor incremento anual registrado. Los latinos o hispanos han desempeñado un papel importante en el crecimiento general de la población de Estados Unidos desde el año 2000. La población del país creció 58.7 millones de personas entre 2000 y 2024 y los hispanos representaron 56 por ciento de este aumento, una proporción mayor que la de cualquier otro grupo étnico. Los grupos más cercanos fueron las personas no hispanas que se identifican como asiáticas”.
Algo más: la inmigración fue el principal impulsor del crecimiento de la población “hispana” en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, aunque los nacimientos “latinos” también hicieron una contribución significativa. “Esto cambió drásticamente después del año 2000. Los nacimientos se convirtieron en la principal fuente de crecimiento de la población hispana, especialmente cuando la inmigración disminuyó después de la gran recesión de 2008 y durante la pandemia de covid-19 en 2020 y 2021. Más recientemente, la inmigración ha vuelto a desempeñar un papel fundamental en el crecimiento de la población latina. Entre 2021 y 2024, la inmigración, tanto legal como indocumentada, aumentó considerablemente, con más de un millón de latinoamericanos llegando anualmente”.
Un año atrás, la edad promedio de los “hispanos” era de 31.2 años, en comparación con los 43.2 de la población blanca, es decir, “los latinos representan una proporción mayor en los grupos de edad más jóvenes”, pero Trump, salvaje que es, opta por reprimir, humillar y encarcelar. Sólo como ejemplo, a estas alturas en Nuevo México, 49 por ciento de la población es “latina”; en California, 41 por ciento y en Texas, 40 por ciento. Pero el magnate pretende “corregir” esa realidad con cárcel.
Las rebanadas del pastel
El cavernícola de la Casa Blanca está verde de coraje: ayer, el Supremo Tribunal de Brasil publicó la sentencia contra el ex presidente Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado: 27 años y tres meses de prisión.
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