Nuevo Laredo, Tamps. El proyecto de saneamiento de aguas residuales en Nuevo Laredo registra avances significativos con una reducción del 44 por ciento en las descargas al río Bravo, informó Ramón Meza González, representante de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) en esta frontera.
El funcionario destacó que los resultados son producto del trabajo coordinado entre la CILA, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) y el Gobierno Municipal de Nuevo Laredo, a través de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa).
Con una inversión total aproximada de 81 millones de dólares, el programa incluye la rehabilitación de la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales (PITAR), la modernización de los colectores Ribereño y Donato Guerra, y la reconexión de arroyos que antes vertían aguas sin tratamiento.
De acuerdo con la CILA, las descargas de aguas residuales al río Bravo se han reducido de 800 litros por segundo en 2024 a 360 litros por segundo actualmente, lo que representa una disminución de casi la mitad del volumen contaminante.
El Banco de Desarrollo de América del Norte participa con recursos no reembolsables del Fondo de Infraestructura Ambiental Fronteriza (BEIF), destinados principalmente a los trabajos de rehabilitación de colectores y ampliación de capacidad de tratamiento.
Meza González subrayó que este esfuerzo forma parte del programa binacional México–Estados Unidos para mejorar la calidad del agua y proteger el medio ambiente en la región fronteriza, beneficiando directamente a comunidades de ambos lados del río Bravo.
Las autoridades informaron que los trabajos continuarán durante los próximos dos años, con la meta de eliminar completamente las descargas sin tratamiento para 2027, fortaleciendo el compromiso de ambos países con la salud pública y la sustentabilidad ambiental.