Washington. El gobierno de Donald Trump defendió este domingo Chicago su decisión de declarar como "zona de guerra" como justificación para desplegar soldados contra la voluntad de la administración demócrata de la ciudad, mientras que un juez impidió que la Casa Blanca enviara tropas a otra urbe gobernada por demócratas.
Trump autorizó anoche el despliegue de 300 soldados de la Guardia Nacional en Chicago, la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, a pesar del rechazo de cargos locales, entre ellos gobernador del estado de Illinois, cuya capital es Chicago, J.B. Pritzker.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, defendió este domingo la medida, afirmando en Fox News que Chicago es "una zona de guerra".
Pero Pritzker, en el programa State of the Union de CNN, acusó a los republicanos de intentar sembrar el caos. "Quieren crear la zona de guerra para poder enviar aún más tropas. Tienen que largarse de aquí cuanto antes", dijo.
Una encuesta de CBS publicada este domingo reveló que una minoría de estadunidenses, 42 por ciento, está a favor de desplegar la Guardia Nacional en las ciudades, mientras 58 por ciento se opone.
Mike Johnson, presidente republicano de la Cámara de Representantes, se hizo eco de la retórica del presidente al asegurar en el programa Meet the Press de la NBC, también este domingo, que las tropas de la Guardia Nacional desplegadas en Washington, la capital de Estados Unidos, habían acudido a una "zona de guerra literal".
El miércoles pasado, Trump declaró que su país enfrenta “una invasión desde dentro” y recomendó usar ciudades estadunidenses como “campos de entrenamiento” para los militares, reportaron entonces David Brooks y Jim Cason, corresponsales de La Jornada. Ver la nota completa en @lajornadaonline https://www.jornada.com.mx/2025/10/01/mundo/028n1mun