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Murió Jane Goodall a los 91

La reconocida etóloga y primatóloga británica falleció ayer durante una gira de charlas por Estados Unidos. Experta en comportamiento de los chimpamcés, pasó gran parte de su vida en África estudiándolos y fundó los institutos que llevan su nombre para proteger la fauna y el medio ambiente mediante el apoyo a santuarios. Foto
La reconocida etóloga y primatóloga británica falleció ayer durante una gira de charlas por Estados Unidos. Experta en comportamiento de los chimpamcés, pasó gran parte de su vida en África estudiándolos y fundó los institutos que llevan su nombre para proteger la fauna y el medio ambiente mediante el apoyo a santuarios. Foto Afp
02 de octubre de 2025 08:00

Jane Goodall, etóloga y naturalista reconocida por sus investigaciones pioneras sobre el comportamiento de los chimpancés, falleció ayer a los 91 años, de causas naturales, durante una gira de charlas por Estados Unidos, informó el instituto que lleva su nombre.

“Jane cambió la forma en que el mundo entiende a los animales, a las personas y al mundo natural. Desde sus revolucionarios descubrimientos en Gombe, Tanzania, hasta su incansable labor por la conservación y la paz”, agregó el instituto a través de su cuenta oficial de Instagram.

Goodall nació el 3 de abril de 1934 en Londres. Desde niña mostró un profundo amor por los animales que la llevó a viajar a Kenia a los 23 años, donde conoció al famoso antropólogo Louis Leakey. Tres años después, por invitación de Leakey, comenzó a estudiar chimpancés en Gombe, en lo que hoy es Tanzania.

Aquel proyecto de los años 50 transformó la primatología y la comprensión de la relación entre los humanos y los animales. Sus observaciones revelaron que los chimpancés, al igual que las personas, utilizan herramientas y poseen personalidades emotivas distintivas.

Desconexión entre la humanidad y la naturaleza

A finales de septiembre, Goodall visitó México para un encuentro con jóvenes, en el que lanzó un llamado a favor de la conservación ambiental: “No creo que Elon Musk vaya a poblar otro planeta, sólo tenemos éste y tenemos que cuidarlo. Aún tenemos una ventana de tiempo para reunir esfuerzos y hacer algo por revertir el daño a los ecosistemas”.

Durante su charla, señaló que desde la revolución industrial hasta hoy se ha afectado y robado el futuro de los niños, y que en los últimos 40 años se ha acelerado la desconexión entre la humanidad y la naturaleza.

“Es muy triste ver a un niño que en lugar de observar las mariposas y las aves en el jardín, ahora está metido en la tablet, cuando está demostrado que necesitamos el mundo natural para nuestro desarrollo y salud, sobre todo en la infancia”, subrayó.

En el contexto de la sexta extinción, Goodall recordó que las personas somos parte del mundo natural y dependemos de los ecosistemas naturales –donde cada especie por pequeña que parezca juega un papel estratégico– para sobrevivir. “Necesitamos agua, aire, alimento, etcétera”.

Mencionó que no podemos mantener el ritmo actual de consumo y explotación de los recursos naturales. “El mundo como lo conocemos está a punto de colapsar, estamos muy cerca de hacerlo si seguimos así. Pero hay oportunidad, podemos sumar esfuerzos y darle a la naturaleza la oportunidad de recuperarse”.

A lo largo de su vida, Goodall recibió múltiples distinciones internacionales, entre ellas el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, la Medalla Benjamín Franklin y el nombramiento de Dama del Imperio Británico. Fue mensajera de la paz de Naciones Unidas y dedicó décadas a la defensa de la naturaleza, la educación ambiental y la promoción de un desarrollo sustentable.

En 1977, fundó los Institutos Jane Goodall (JGI), de los cuales hoy existen 24 en todo el mundo, y en 1991 lanzó Roots & Shoots, con el fin de involucrar a los jóvenes en proyectos que beneficien a la comunidad, los animales y el medio ambiente, proyecto que actualmente tiene presencia en más de 70 países.

Frente a un auditorio lleno de jóvenes, Goodall llamó a reflexionar sobre la relación con el entorno y los hábitos de consumo: “Cuando vayan de compras, fíjense en qué compran, ¿hubo crueldad animal, salarios injustos para los involucrados en su fabricación, dañaron el ambiente? ¿Lo necesito? Porque los desechos humanos son un gran problema para el ambiente”.

Destacó que ningún cambio será posible de manera individual y que la clave está en hacer comunidad. “Es imposible no deprimirse, no sentir apatía si vemos niños sufriendo, las escenas de guerra. Si pensamos en lo que nos importa y nos reunimos con otros, podemos mantener la esperanza, porque la esperanza es acción”.

En sus observaciones, Goodall inspiró a generaciones de mujeres en la ciencia, escribió libros sobre chimpancés y conservación, y fue protagonista de más de 40 películas y documentales.

En su último mensaje público en México, dijo: “La humanidad está en la boca de un túnel largo y oscuro. Al fondo hay una estrella, que es la esperanza. No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando, tenemos que movernos, trepar, arrastrarnos, rodear los obstáculos (cambio climático, pérdida de biodiversidad, pobreza, consumo excesivo, agricultura industrial intensiva) para llegar a esa estrella.”

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