Luego de ocho años de apoyo ininterrumpido, Médicos sin Fronteras (MSF) concluyó este martes su proyecto de atención integral a la población migrante en Reynosa y Matamoros, Tamaulipas.
La disminución de los flujos migratorios en estas ciudades, a causa del endurecimiento de la política migratoria por parte de Estados Unidos, fue uno de los factores que motivó la decisión.
Durante todo ese tiempo, la organización internacional brindó a más de 80 mil personas atenciones médicas y psicológicas, fortaleció la respuesta local y dejó un legado de protección a los migrantes.
En un contexto en el que Estados Unidos endureció su política migratoria, desde el primer mandato de Donald Trump, y ante la poca capacidad de respuesta de autoridades locales para responder a los flujos masivos de personas en esas ciudades, el proyecto nació en 2017 para atender las fuertes necesidades de salud física, mental y condiciones de vida de los migrantes.
Cristina Romero, Coordinadora de actividades médicas de MSF en Reynosa, señaló que las miles de personas atendidas estaban expuestas a “riesgos extremos” como secuestro, tortura, violencia sexual y despojo.
A su vez, destacó, “fortalecimos la respuesta local trabajando de la mano con instituciones de salud mexicanas, albergues y organizaciones comunitarias que han sido un pilar fundamental para brindar protección y cuidado a esta población”.
La organización indicó en un informe que entre 2017 y 2025 se registró un alza en los casos de violencia como secuestro y violencia sexual; además denunció las consecuencias de las políticas migratorias en los dos lados de la frontera (México y Estados Unidos), las implicaciones de estas políticas en la salud física y mental de las personas en movilidad.
"Además de la asistencia directa, Médicos sin Fronteras desarrolló una labor de incidencia pública y política, documentando y denunciando las condiciones de violencia, abuso y abandono en la frontera, en particular el impacto de medidas como el Remain un México (MPP), el Título 42, el uso y suspensión de la aplicación CBP One, entre otras, que expusieron a miles de personas en mayor riesgo", abundó.
En esos ocho años, en Reynosa y Matamoros se habilitaron consultorios de medicina general y se brindó apoyo tanto personas migrantes como comunidades residentes pudieron acceder a consultas, acompañamiento psicosocial y medidas de prevención en un momento crítico para el sistema de salud.
En el periodo antes mencionado, MSF brindó 67 mil consultas de atención primaria, 13 mil psicológicas individuales y 3 mil 700 grupales.
Además, atendió a 394 sobrevivientes de violencia sexual atendidas y 474 personas fueron atendidas bajo el mhGAP, un programa de la Organización Mundial de la Salud para acortar la brecha en salud mental.
La organización subrayó que el cierre de este proyecto no significa el fin de su labor en México. Por el contrario, dijo, seguirá respondiendo a emergencias médicas y humanitarias en otras entidades del país, entre ellas Ciudad Juárez, Chihuahua; Tapachula, Chiapas, y ciudad de México.