El proyecto nació en 2017 frente a las políticas migratorias “restrictivas y discriminatorias” de EU y la poca capacidad de respuesta de autoridades locales para responder a los flujos masivos de personas en esas ciudades.
Desde el 4 de marzo, MSF "se vio obligada a suspender toda actividad médica para la población migrante en el Darién por orden de las autoridades panameñas".
Alertó de las condiciones "insalubres y precarias" en las que se encuentran mujeres embarazadas, niñas, niños y adolescentes que llegan al sur de México.