En paralelo a la muestra El pulso de la tinta, del grabador michoacano Carlos Alvarado Lang (1905-1961), se dio a conocer una carpeta conmemorativa de grabados del artista, a la vez que se presentó el tráiler del documental Cruzando el puente, realizado por su hija Susana Alvarado Perea.
La exposición reunió 77 piezas montada en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet, del Instituto Politécnico Nacional, con motivo de su 120 aniversario natal, que se cumplió el pasado 14 de enero.
También se dio a conocer el cartel de la película Cruzando el puente, elaborado por Emmanuel Tanús, diseñador gráfico y artista enfocado a las técnicas tradicionales del grabado. En el afiche, “mi padre trabaja la imagen de una niña que sale de un grabado, que se supone soy yo, porque al final del día fui su última creación porque después de que nací ya estaba muy enfermo y no hizo ninguna obra nueva. Así lo siento”, señaló a La Jornada Alvarado Perea, quien es la menor de los siete hermanos.
Nativo de La Piedad, aun adolescente Alvarado Lang ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), institución que posteriormente dirigió en dos periodos, de 1942 a 1944 y de 1945 a 1949. En un primer momento el encargado de promover la obra del grabador fue su hijo mayor, Carlos. Tras su muerte, Susana asumió la responsabilidad. Educadora de profesión, pero jubilada desde los 49 años, de niña su contacto con su padre era a través de su obra. “Un día que llegué a la habitación en donde estaban sus trabajos, los habían cambiado de lugar. Sentí que me había abandonado, entonces, me enojé y me desentendí de él. Con el paso de los años eso no me impidió asistir a sus exposiciones, aunque me sentía ajena a él”.
Cortesía Susana Alvarado Perea
Tiempo después de jubilarse, sin embargo, la hija tuvo un sueño con el grabado Puente en el bosque que cambió todo: “En ese paisaje onírico soy una niña que está perdida en el bosque. Al caminar veo un colibrí, lo sigo, pero se esconde. Pasamos por un puente que se aprecia en el grabado y detrás de un árbol estaba mi papá. Le pregunto, ¿por qué te fuiste, por qué me abandonaste? Me contesta, ‘siempre he estado aquí jugando a las escondidillas contigo. Al fin me encontraste’. Ese sueño era recurrente, sin embargo en un principio no podía cruzar el puente. Cuando por fin pude, fue cuando encontré a mi padre. Fue lo que me motivó a investigar sobre él”. Más adelante empezó a estudiar cine.
La ahora cineasta ha conocido a su padre por medio de su investigación aunque “su esencia siempre me acompañó como una pregunta, una nostalgia. Con el tiempo me di cuenta que estaba presente en otro lugar, en sus grabados, en su arte, en la huella profunda que dejó en la cultura de México. A través de entrevistas con personas que lo trataron, de fotografías y cartas, lo he conocido. De eso trata el documental, de la niña que entraba a esa habitación, pero es por medio del sueño que conoce a su padre como es y así descubre el buscado final”.
-¿Qué descubre de su padre en lo artístico?
-Aparte de ser un gran artistas, tuvo una trayectoria profesional amplia. Fue auxiliar del Taller de Artes del Libro, restauró planchas históricas del siglo XIX, fue ilustrador de textos clásicos y contemporáneos. Fue director de la ENAP y de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. Él y Diego Rivera son los dos únicos artistas que han sido directores de ambas escuelas.
“Cuando fue director de la ENAP reformó los planes de estudio, estableció programas específicos para las carreras de pintor, escultor y grabador. Recuperó técnicas tradicionales del grabado, modificó los tórculos y la forma de imprimir”.
Alvarado Perea resguarda unos 200 grabados de su padre y 70 placas. Para la carpeta conmemorativa eligieron cinco, uno de los cuales “parece que nunca se imprimió, entonces, será la primera impresión que se hace, aunque la placa la trabajó mi padre”, señala.
Respecto al documental, la cineasta empezó a trabajar en ello hace siete años. Se contempla que se estrene en 2026. Una obra de Alvarado Lang se incluye en la exposición Bajo el signo de Saturno exhibida actualmente en el Museo Nacional de Arte. El libro Carlos Alvarado Lang: Baluarte del grabado mexicano fue publicado en 1989 por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El crítico de arte Antonio Rodríguez lo llamaba “el más fino grabador mexicano”.