Ecatepec, Mex. Defensor de una ceiba que sería talada y que hoy luce resplandeciente y ahora es el creador del jardín polinizador más grande del municipio en el fraccionamiento Bosques de Ecatepec; él es Ángel Eduardo Valdés Rangel, que a sus 13 años de edad se ha convertido en férreo defensor del medio ambiente.

Por su activismo, trabajo y esfuerzo en el cuidado del medio ambiente ya ha sido reconocido triplemente con el Premio Estatal de la Juventud 2025, en la modalidad de preservación del medio ambiente, galardonado con el título “Niño defensor ambiental” y con la Presea Orgullo Ecatepec 2025 por parte del gobierno municipal.

Su historia es singular, el amor y conocimiento por las plantas y el cuidado del medio ambiente nació desde muy pequeño por ejemplo de sus abuelas materna y paterna; además de que durante una visita que hizo a una empresa de reciclaje le regalaron unas plantitas y al llegar a su casa las logró reproducir y ver espacios donde poderlas plantar.

Durante la pandemia, cuando apenas tenía siete años, empezó a reproducir cactus y cactáceas, pero como ya no tenía espacio construyó una pared verde y empezó a regalar varias plantas a sus vecinos para que crearan espacios verdes.

Hace dos años, cuando en un predio comunal se comenzó a construir una sucursal del Banco Bienestar, una ceiba iba ser talada y fue Ángel Eduardo que inició un movimiento vecinal para la defensa del árbol que finalmente fue respetado y hoy en día luce resplandeciente.

Pero su esfuerzo no sólo quedó ahí al ver que a la ceiba llegaban muchos colibríes y que no tenían un espacio adecuado y suficiente; en abril pasado surgió la idea de comenzar en el baldío arenoso frente al banco la creación de un jardín polinizador con más de 300 plantas polinizadoras donadas por el vivero municipal y vecinos; para ello tomó cursos de capacitación en línea y en el ayuntamiento local.

Con ayuda de su padre, Erick Iván Valdés Núñez y su madre, Paola Rangel Morales; el menor conocido como Pukeena (Pequeño saltamontes), estudiante de tercero de secundaria, creó en un área de alrededor de 750 metros cuadrados, el jardín polinizador con plantas como cordón de San Francisco, margaritón, cebollines, cempasúchil, lavanda, ruda, rosales, malvón rosa, citronela, campana, salvia y otras plantas polinizadoras. Se ha convertido en hogar de abejas, colibríes y mariposas, un oasis construido en medio del asfalto.

“Con el jardín podemos ayudar a que los animales polinizadores lleguen y descansen y podamos seguir rescatando áreas verdes y no las derrumben. Yo estudio y en la tarde atendemos el cuidado del jardín; toda la semana en las tardes lo regamos y los fines de semana”.

“Es algo muy padre hacer esto y lo que les quiere decir a todos es que se animen a hacer algo así para cuidar el medio ambiente y combatir la contaminación”, dijo el menor que también forma parte del Grupo 318 provincia Valle Noreste de la Asociación Scouts de México.

Actualmente, los colores del jardín se abren paso como un símbolo de resistencia y amor por la naturaleza, que surgió desde uno de los corazones más nobles de la tierra del Ehécatl, el dios del viento. También, el menor diseñó las jardineras con formas de un sol, una media luna, la luna llena, una estrella, un colibrí y un corazón.

Actualmente, la ceiba dio frutos y a su alrededor brotaron 50 pequeñas plantas, que Ángel da en adopción a personas que tengan espacio en sus viviendas para sembrar este árbol.

Ángel Eduardo es el orgullo de la familia. “Estamos muy orgullosas de él porque le dedica su vida a tratar de frenar el calentamiento global realizando pequeñas acciones en favor del medio ambiente y en nuestros tiempos libres lo apoyamos en venir a cortar el pasto, regar las plantas y el mantenimiento que requiere el jardín y apoyarlo en sus proyecciones piensa ampliarlo en otras zonas del fraccionamiento”, expresó su madre, Paola Rangel.

Mientras que su padre, Erick Valdés dijo: “Estoy orgulloso de mi hijo con sus pequeñas acciones que empezó desde hace tiempo y ahorita el haber logrado estos premios nos enorgullece. En tiempos libres lo apoyamos y aprendemos junto con él”.

Además, el menor ya tiene otros proyectos dedicados al reciclaje en la casa y la recolección de tapitas de plástico para ayudar a los niños con cáncer y contribuir a salvar el medio ambiente.