Ciudad de México. Entre los desafíos a los que se enfrentan los gobiernos para poner en marcha las recomendaciones en temas educativos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) están fortalecer la capacidad de los docentes e instituciones de enseñanza, que los Estados “las tomen en serio” y las incorporen a las políticas públicas, y el fomento de alianzas con actores no gubernamentales.
Durante el seminario virtual Educación para la Paz, Derechos Humanos y Desarrollo Sostenible, especialistas de organismo internacional recordaron que en 1974, la Unesco aprobó una recomendación para incluir los temas de paz, comprensión internacional, derechos humanos, libertades fundamentales y educación en sus políticas educativas.
Pero, ante el cambio de los retos globales actuales, en 2021 inició una revisión y contextualización -durante dos años- para incluir el cambio climático, pandemias, producción y consumo insostenibles, ideologías violentas y proliferación de discursos de odio, racismo sistémico e inequidades, puesto que consideró que es a través de la educación que se prepara a las personas y comunidades para adaptarse y responder a los desafíos actuales.
Cristian Bravo, de Unesco, precisó que a nivel mundial ha aumentado la vulnerabilidad, la desigualdad, la exclusión y la violencia en las sociedades, por tal motivo, “se debe pensar en una concepción humanista de la educación y la responsabilidad compartida de un futuro sostenible para las próximas generaciones”.
Para el especialista, la educación debe reforzarse “como un bien público y común”, a través de pedagogías que pasen de la realización personal a la cooperación colectiva; planes de estudio contextualizados a las crisis planetarias; replantear qué se entiende por escuelas y cómo fortalecen el tejido social.
Mirian Vilela, de Unesco, explicó que se han enfrentado al desconocimiento de las recomendaciones del organismo, por ello, insistió, el primer paso debe ser la concientización del mecanismo, puesto que a pesar que en 2023 se concluyó con el proceso de actualización, todavía debe fortalecerse la divulgación.
Los especialistas indicaron que desde el 2015, cada cuatro años los países miembros deben dar a conocer los reportes sobre cómo abordan estos tópicos, para medir los progresos en sus políticas públicas y contribuir al monitoreo del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4: Educación de calidad.