El cuerpo de América Yamileth Sánchez Hernández, cadete de la Heroica Escuela Naval Militar, quien murió a causa del choque del buque escuela Cuauhtémoc, contra el puente de Brooklin, en Nueva York, el sábado pasado, recibió ayer el último adiós de sus familiares y amigos en la ciudad de Xalapa, Veracruz.
Mientras, en el municipio de San Mateo del Mar, en la región del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se efectuaron los funerales y sepelio del marino Adal Jair Marcos, quien también falleció en el accidente que dejó 20 personas lesionadas.
¡Esto no fue un accidente!, fueron las palabras con las que Rocío Hernández, madre de América Yamileth, de 20 años, despidió a su hija en el panteón de Xalapa, donde fue sepultada.
Les pido como pueblo mexicano que somos todos, ustedes vieron el accidente, que esto no quede impune, ayúdenme a que esto no quede así, porque no fue un accidente, ayúdenme por favor, clamó la mujer.
Previo al sepelio, el ataúd, cubierto con la Bandera mexicana, fue dejado en medio de la iglesia San Pablo Apóstol, para que quienes la conocieron en vida pudieran despedirse y escuchar palabras de aliento por parte del sacerdote.
Se colocaron decenas de coronas florales enviadas por diferentes autoridades, como la Primera Región Naval, la Marina Armada de México y la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle.
Flores y música
Posterior a la ceremonia religiosa, el cuerpo de América Yamileth fue llevado al panteón donde con flores y música, su padre, su madre, su hermano, cadetes de la Escuela Naval y todos sus parientes, le dieron el último adiós.
¡México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí!, tocaron los mariachis.
En tanto, en San Mateo del Mar, Adal Jair Marcos, de 23 años, fue inhumado en el cementerio de la localidad. Antes se ofició una misa en su nombre a la que sólo asistieron familiares y amigos. No se permitieron entrevistas ni fotografías a petición de los padres del marino.
Se pudo observar la presencia de sus compañeros de la Marina y amigos que portaban playeras del equipo de futbol en el que jugaba cuando estaba de vacaciones en su tierra natal.
Un joven de unos 17 años comentó brevemente que Adal era su hermano mayor; también tiene una hermana adolescente. A la Marina entró a los 19 años, estaba muy contento, este era su segundo viaje en el velero; es una pena, expresó.
De verdad les ofrezco una disculpa pero mis padres no quieren nada de eso ni fotos, quieren que sea privado, apuntó el muchacho, a quien los reporteros le agradecieron la atención a pesar de su pérdida.
Mientras, el padre de Adal Jair Marcos abrazaba a su esposa, consolándola frente al féretro de madera, rodeados de familiares, vecinos y amigos que llenaron su domicilio de coronas de flores. El domicilio estuvo resguardado por infantes de Marina.
Raúl Rangel González, presidente municipal por el sistema de usos y costumbres de la comunidad Ikoots, dijo que esa situación era muy triste para los lugareños y pidió que se respetara la decisión de la familia para dejarla a solas con su duelo.