Zacatecas, Zac. El gravamen de 20.91 por ciento que el gobierno de Donald Trump pretende imponer como “cuota compensatoria” a las importaciones de jitomate mexicano a partir de 14 de julio, será contraproducente para el mercado estadounidense, porque ese sobrecosto, “se les va a cargar la factura a los consumidores”, afirmó Francisco López García, ex presidente del Clúster de Agricultura Protegida del estado de Zacatecas.
“Ahorita que nos están anunciando eso –dijo el productor agrícola-, nos pone a reflexionar, y pensar, bueno, ‘voy a sembrar los tomates para el mercado nacional, hago un ciclo corto, meto variedades baratas, y trato de sacar menores rendimientos, porque, qué voy a hacer con mi producción si no se puede exportar’”, señaló el también socio de VICOZAC, una de las empresas agrícolas con mayor superficie de invernaderos en el municipio de Villa de Cos, exportador de jitomate y otras hortalizas a Estados Unidos.
Sin embargo, acotó que sobre la pretensión de Donald Trump, “creo que va a tener que reflexionar esas políticas en los productos perecederos, porque imagínese, de cada 10 libras de tomate que allá se consumen, 6 vienen de México, y si no van a llegar ¿qué va a pasar? Va a ser un problema más fuerte que el arancel a los carros. Porque a diferencia de los carros, el jitomate es necesario todos los días en sus alimentos, en sus ensaladas, los alimentos son básicos”.
“Piensan que el hecho de asustarnos y ponernos un arancel alto, nos va a asustar, y no. Porque si a mí me va a cobrar un 21 por ciento para cruzar mi hortaliza, pues eso lo va a pagar el consumidor final, porque se va a incrementar el precio allá, y si no, para qué lo paso. Y se va a dar el caso de que va a haber menos exportación, pero ellos en su mercado van a necesitar nuestras hortalizas”.
Recordó que los estados más importantes en cuanto a la producción de jitomate son Sinaloa, Sonora y gran parte del municipio de Villa de Arista en San Luis Potosí, así como una parte de Puebla, y Zacatecas, “que exportamos todo el año”.
“Porque ellos –los norteamericanos-, aunque tienen grandes zonas de producción en Florida y California, sin embargo, nunca han sido competitivos como los mexicanos, que sabemos producir mejor que ellos, y tenemos más rendimiento por hectárea”.
El entrevistado recordó que “hace algunos años, tuve el gusto de ir a conocer la producción de tomate en Florida y en California, y pues cuando ellos ocupan un mayor volumen de cosechas, pues siembran más acres –es decir una mayor superficie-, pero no sacan más rendimiento. De tal manera que no son tan competitivos, los productores de tomate allá.
De tal forma que, indicó, de cada 10 libras de tomate que se consumen en Estados Unidos, 6 libras son mexicanas. El 60 por ciento es jitomate mexicano de todas las variedades que producimos, dijo; Cherry, bola, Saladette, Uva y otras. Esto es posible, señaló, “porque afortunadamente en México tenemos un clima y ciclos productivos que nos permiten producir y exportar prácticamente todo el año”.
No obstante, aún sin el cobro de “cuota compensatoria” a los productores mexicanos de jitomate –que el gobierno de Estados Unidos ha pretendido imponer desde 1996, pero que a través de acuerdos comerciales sucesivos se ha impedido-, los tomateros mexicanos ya han padecido otros problemas económicos y comerciales, frente a los agentes de comercio exterior norteamericanos, los “brokers”.
“Ahora quieren imponernos los aranceles, de por sí los mexicanos exportadores siempre hemos sido maltratados por los mismos Brokers, porque hay un dumping que le nombran, para que no podamos vender la caja de tomate de 13 libras, a menos de 8 dólares”.
Por eso, reveló Francisco López García, “cuando los productores de jitomate mexicanos exportamos nuestras cosechas, los Brokers nos la facturan a 8 dólares, pero nos la liquidan a 6 dólares ¿por qué? Porque así lo exigen los productores de Florida y California siempre se protegen del jitomate mexicano, para que no entre por debajo de ese costo, de 8 dólares, si no, pues los arruinamos. Así se hace esa práctica”.
¿Si no es a Estados Unidos, no tienen posibilidad de exportar a otros mercados internacionales?
Usted sabe que las hortalizas son altamente perecederas y tienen pocos días de anaquel, sí hay otras alternativas, pero es muy difícil que nos pongamos a producir tomate de exportación, cuando sabemos que el mercado en unas semanas va a estar difícil.
Lamentablemente, si prospera la aplicación de la “cuota compensatoria” a la exportación de los tomateros mexicanos, señaló López García, eso será un nuevo golpe económico a los productores organizados, en un escenario de crisis del agro mexicano, donde están incluidos también los productores de la agricultura protegida, de invernaderos.
López García explicó que actualmente, en México, “para echar a andar una hectárea techada de invernadero, aunque sea rústico, o tipo Almería de alta tecnología, oscila entre los 3 millones de pesos, hasta los 12 millones de pesos -unos 600 mil dólares-, una hectárea, que son los invernaderos tipo llave en mano, con clima y humedad controlados por computadora”.
Pero en la última década “todo se nos vino abajo, porque no hay fuentes financieras de ningún tipo, no hay políticas públicas para impulsar un proyecto integral, que organicemos desde la academia, la investigación, todo, hasta la comercialización, en forma colectiva. No tenemos la cultura de organizarnos, como en otros países. Y sólo en Zacatecas de un total de 450 hectáreas instaladas, el 70 por ciento de las estructuras para invernaderos, están en desuso”.