Nueva York. La alcaldía de la antigua ciudad de Boston fue conquistada por primera vez en su historia por una mujer y una asiática gracias a una coalición de progresistas, socialistas democráticos e inmigrantes mientras que es posible que por primera vez en décadas una ciudad industrial mayor en Estados Unidos podría ser gobernada por una socialista, y, por otro lado, una pugna cerrada por las gubernaturas en Virginia y Nueva Jersey tendrá implicaciones nacionales para el futuro inmediato de las fuerzas demócratas bajo Joe Biden versus las republicanas bajo la omnipresencia ominosa de Donald Trump.
En una serie de elecciones locales y estatales alrededor del país realizadas este martes - las primeras contiendas desde la llegada de Biden a la Casa Blanca - lo más notable fue una creciente presencia de la izquierda en puestos electorales formales, la vulnerabilidad de la cúpula centrista demócrata y la persistencia de la ultraderecha en el Partido Republicano.
En Boston, por primera vez en sus 200 años, una mujer, Michelle Wu, ocupará la alcaldía. Wu - también es la primera persona de ascendencia asiática en ocupar el puesto - fue apoyada por una coalición progresista que incluye los Socialistas Democráticos de America (DSA) y el Working Families Party (WFP) como por asiático-estadunidenses, afroestadunidenses y latinos y nuevas generaciones de jóvenes al proponer convertir la ciudad en lo que llama un “laboratorio” para políticas sociales progresistas, desde reformar la policía a limitar el costo de la vivienda y el transporte público a promover una agenda ecológica urbana innovadora.
En Buffalo, la segunda cuidad más grande del estado de Nueva York, India Walton, una activista comunitaria afroestadunidense de 39 años de edad, madre soltera de cuatro hijos, quien se educó como enfermera, y una participante prominente local del movimiento de Black Lives Matter, busca convertirse en la primera alcalde socialista de una ciudad mayor de Estados Unidos en 60 años.
Walton es candidata demócrata de fuerzas progresistas incluyendo DSA y WFP, quien sacudió a la cúpula demócrata estatal al ganar la primaria contra el alcalde de cuatro periodos hace unos meses. Su contrincante rehusó abandonar el terreno al convertirse en un candidato independiente para competir contra la insurgente de su propio partido con el respaldo de fuerzas centristas y hasta republicanos. La contienda aun no se definía el martes y el conteo podría prolongarse días más.
Esta contienda es tal vez la de mayor perfil entre las corrientes centristas y progresistas dentro del Partido Demócrata. El senador Bernie Sanders, quien fue el alcalde socialista democrático de una ciudad pequeña, Burlington, Vermont, entre 1981 a 1989, endosó a Walton por “su visión audaz que invierte en las necesidades del pueblo, y no los intereses adinerados”.
El triunfo en Boston y el posible triunfo en Buffalo, combinados con otros triunfos progresistas en otras elecciones locales, son claves para el creciente movimiento progresista dentro del Partido Demócrata.
Por otro lado, la batalla electoral por la gobernatura de Virginia parecía proceder hacia una derrota para la cúpula demócrata en un estado donde Biden ganó por mas de 10 puntos hace sólo unos meses en la elección presidencial del año pasado.
Todos los medios nacionales principales proyectaron la derrota del candidato veterano de la cúpula demócrata Terry McAuliffe ante el republicano Glenn Youngkin (aunque el demócrata aun no había cedido al cierre de la edición).
Los analistas ya estaban señalando que esto es resultado de la incapacidad de los demócratas en cumplir con sus promesas legislativas a nivel nacional y el desplome de la tasa de aprobación de Biden a solo un promedio del 43 por ciento en los sondeos nacionales - el nivel más bajo a estas alturas de una presidencia de casi cualquier presidente.
Mientras tanto en Nueva Jersey - otro bastión demócrata - tampoco se podría determinar si el gobernador demócrata Phil Murphy había logrado su relección en una pugna que también fue marcada por la fuerza inesperada del retador republicano Jack Ciattarelli. Si Murphy logra triunfar, será el primer demócrata en ganar la reelección en más de cuatro décadas en ese estado.
Pero si es derrotado, junto con Virginia eso sería una pesadilla demócrata con augurios oscuros para el futuro inmediato de ese partido.
En la ciudad de Nueva York, sin sorpresa, fue electo el demócrata Eric Adams, quien será solo el segundo afroestadunidense entre los 109 alcaldes que han gobernado la ciudad más grande del pais a lo largo de su historia.
Pero Adams no proviene de la nueva ola progresista ni del movimiento Black Lives Matter - su triunfo en una de las ciudades considerada entre las más liberales del país fue resultado de la derrota de precandidatos demócratas progresistas y más aun fue de cierta manera un rechazo al movimiento anti-policía; Adams es un ex capitán de la policía.
El gran debate sobre la seguridad publica y la educación pública figuraron entre los principales temas nacionales en contiendas locales por varias partes del país. En Minneapolis - donde George Floyd fue asesinado por la policía, incidente que detonó furiosas protestas nacionales sin precedente - fracasó un referéndum para sustituir al Departamento de Policía con otra entidad. Por otro lado, elecciones para juntas escolares locales en varias partes del país se han vuelto en grandes batallas electorales entre ultraconservadores y defensores de la ciencia y la pluralidad en la educación.
Pero no deja de asombrar, ante las amenazas ultraderechistas que estallaron con Trump, el renacimiento de un movimiento electoral progresista que se autoproclama “socialista” en Estados Unidos. Vale recordar que justo hace 101 años, el 2 de noviembre en 1920, que el socialista Eugene V. Debs obtuvo casi un millón de votos en la elección presidencial desde su celda al ser encarcelado por su oposición a la Primera Guerra Mundial.