Barcelona. Celebraciones improvisadas tomaron las calles en distintos lugares de España desde la medianoche del sábado, cuando expiró el estado de alarma de seis meses para combatir los contagios de coronavirus y se levantaron los toques de queda en muchas regiones.
En Madrid, la policía desalojó a la gente que festejaba en la plaza de la Puerta del Sol, donde las escenas de gente bailando sin mascarilla y cantando en grupo recordaban a la vida nocturna previa a la pandemia.
Adolescentes y adultos jóvenes llenaron también las plazas céntricas y playas de Barcelona con la relajación de las restricciones.
“¡Libertad!”, exclamó Juan Cadavid, quien se reencontró con amigos. “Da un poco de temor por el Covid, pero me quiero sentir así, rodeado de muchas personas”.
El residente de Barcelona de 25 años también celebró la posibilidad de poder volver a su trabajo en un restaurante con una estrella Michelin, que lleva siete meses cerrado debido a las restricciones asociadas a la pandemia.
Los restaurantes locales podrán servir cenas de nuevo a partir del domingo y abrir hasta las 11 de la noche. Pero se mantiene el límite de cuatro comensales por mesa y el límite de 30 por ciento del aforo en interiores.
La policía en Madrid informó que algunos agentes intervinieron en más de 450 incidentes donde se pedían restricciones, mientras que el alcalde declaró que los videos difundidos en redes sociales de fiestas en las calles eran “lamentables”.
“La libertad no consiste en infringir las normas ni en hacer botellones (consumo masivo de alcohol en las calles); porque no están permitidos en la ciudad de Madrid”, declaró el alcalde José Luis Martínez-Almeida, haciendo un llamado a los ciudadanos a comportarse con responsabilidad.
“Cada uno tiene que ser consciente de que vive en sociedad, en función de eso podremos hablar de libertad. Hacer un botellón, en Madrid, no es libertad”, agregó.
“Que no haya estado de alarma ni toque de queda no quiere decir que no haya pandemia”, declaró el alcalde.
Con el final del estado de alarma se levantaron también los vetos a desplazamientos entre regiones de España y se relajaron muchos límites a las reuniones sociales. Sólo cuatro de las 19 regiones y ciudades autónomas del país mantuvieron los toques de queda.
Pese a las críticas de algunos presidentes regionales y líderes de la oposición, la coalición de centroizquierda en el gobierno nacional se negó a ampliar el estado de alarma, que daba un marco legal para imponer estrictas medidas contra el virus que restringían libertades fundamentales.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha dicho que las normas vigentes deberían bastar para responder a los brotes en el nivel autonómico conforme aumenta el ritmo de las vacunaciones.
La tasa de contagios por cada 100 mil personas durante 14 días cayó el viernes en España a 198 casos nuevos, aunque las regiones de Madrid, en el centro, y País Vasco, en el norte, tienen más del doble de esa cifra. La ocupación hospitalaria sigue siendo alta, con más de 1 de cada 5 camas de cuidados intensivos ocupadas por pacientes de Covid-19.