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Los agujeros negros, misteriosos devoradores de estrellas

El miembro de la Real Academia Sueca de Ciencia, Ulf Danielsson, tras el anuncio del Premio Nobel de Física para tres científicos por sus hallazgos sobre los agujeros negros. Foto Ap
El miembro de la Real Academia Sueca de Ciencia, Ulf Danielsson, tras el anuncio del Premio Nobel de Física para tres científicos por sus hallazgos sobre los agujeros negros. Foto Ap
06 de octubre de 2020 12:16

París. El agujero negro es uno de los elementos más misteriosos del Universo: "monstruo" invisible engullidor de estrellas, su existencia fue probada científicamente tras un largo y arduo camino que el Nobel de Física consagró este martes.

El premio fue concedido al británico Roger Penrose, que aportó la prueba matemática, así como al alemán Reinhard Genzel y a la estadunidense Andrea Ghez, quienes hallaron un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea.

Estos objetos desafían el sentido común hasta el punto de que incluso Albert Einstein, padre de la teoría de la relatividad, dudaba de su existencia.

Dos tipos

Los agujeros negros comprimen masas enormes en espacios extremadamente pequeños. Su atracción gravitacional es tan descomunal, que nada se les escapa, ni siquiera la luz.

Por ello, estos cuerpos son muy difíciles de detectar y los científicos han confirmado su existencia gracias al impacto que tienen sobre su entorno.

Hay de dos tipos: el primero se forma con el colapso del centro de una gran estrella, lo que crea una supernova. Puede ser hasta 20 veces más masivo que el Sol, pero ocupa un espacio pequeño. Tratar de ver el agujero negro más cercano a la Tierra equivaldría a buscar una célula humana en la superficie lunar.

En cambio, los agujeros negros supermasivos --como el que hallaron los laureados con el Premio Nobel-- son al menos un millón de veces mayores que el Sol.

El mes pasado, se anunció el hallazgo del primer agujero negro de masa intermedia, 142 veces superior a la del Sol. Se formó con la fusión de dos más pequeños.

Freno al tiempo

En 1915, Einstein describió cómo absolutamente todo, desde el átomo hasta la supernova, está sujeto a la gravedad. Y como esta es proporcional a la masa, un cuerpo extremadamente masivo podría en teoría alterar el espacio y ralentizar el tiempo.

Aunque dudaba de su existencia, el científico creía que un agujero negro sería incluso susceptible de parar el tiempo.

Roger Penrose aportó la prueba de que la formación de un agujero negro era una predicción sólida de la teoría de la relatividad general de Einstein.

 Andrea Ghez (Estados Unidos), Reinhard Genzel (Alemania, centro), y Roger Penrose (Reino Unido), comparten el Premio Nobel por sus descubrimientos sobre uno de los fenómenos más exóticos en el universo, el agujero negro. Vía Graphic News
 
 
 
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