Washington y Nueva York. El presidente Donald Trump sugirió que seis legisladores federales demócratas sean ejecutados por aconsejar a militares a desobedecer órdenes ilegales.
Los dos senadores y cuatro diputados demócratas, todos veteranos militares o de otros servicios de seguridad nacional, difundieron un video en medios sociales dirigido a militares activos y oficiales de inteligencia recordándoles que bajo las leyes estadunidenses deben desobedecer “órdenes ilegales” o que violan la Constitución, ya que algunos se podrían encontrar desplegados en las calles de este país contra ciudadanos estadunidenses [https://www.jornada.com.mx/2025/11/20/mundo/025n2mun].
En unos 19 mensajes por la red social de Trump, Truth Social, el presidente acusó a los demócratas de traición a la patria. “Comportamiento sedicioso, penado por muerte”, indica uno, y en otro que “cada uno de estos traidores a nuestro país debería ser arrestado y enjuiciado”. Poco después, compartió un mensaje de otro usuario que decía “Cuélguenlos. George Washington lo haría”.
Como con casi todos los mensajes presidenciales, es dífícil saber si estas declaraciones son un paso más hacia la interrupción del orden constitucional de Estados Unidos, como sugirieron algunos críticos, o sencillamente otro mensaje más de los que difunde diariamente para provocar reacciones y, en esta coyuntura, para distraer la atención del escándalo de Jeffrey Epstein del cual aún no ha logrado escaparse.
Pero de inmediato los comentarios estaban entre las noticias principales en el país. Los legisladores demócratas que difundieron el video respondieron con furia en mensajes declarando que el presidente acababa de sugerir la horca y que estaba poniendo a sus vidas en riesgo al llamarlos “traidores”.
El líder de la bancada demócrata del Senado, Chuck Schumer declaró desde el pleno de la cámara alta que “el presidente de Estados Unidos está llamando a la ejecución de oficiales electos”. Advirtió que “cuando Donald Trump usa el lenguaje de ejecución y traición, algunos de sus simpatizantes bien podrían estar escuchando. Está prendiendo un fósforo en una país empapado con gasolina política”.
“Esto no es normal. Hasta donde sé, esto nunca había ocurrido antes en la historia del país”, declaró el senador demócrata Chris Murphy, agregando que ahora las vidas de los legisladores acusados “están en peligro”, subrayando “el presidente de Estados Unidos acaba de llamar por la ejecución de miembros del Congreso”.
En la Casa Blanca, la vocera Karoline Leavitt fue preguntada si el presidente desea ejecutar a legisladores -tal vez la pregunta más inesperada en la historia moderna del país- a la cual respondió “no”. Agregó que “hay miembros activos del Congreso de Estados Unidos que conspiraron juntos para orquestar un mensaje videograbado a militares de Estados Unidos… a miembros del aparato de seguridad nacional, alentándolos a desafiar las órdenes legales del presidente. La santidad de nuestros militares depende de la cadena de mando, y si esa cadena se rompe, puede llevar a que la gente sea muerta”.
“Es un mensaje muy, muy peligroso y tal vez castigable bajo la ley”, afirmó Leavitt. Pero los periodistas insistieron sobre si el presidente no estaba instigando a la violencia, y hasta muerte, contra miembros del partido opositor. Y señalaron que los legisladores sólo estaban sugiriendo que los militares no obedezcan “órdenes ilegales”. Leavitt respondió: “toda orden que el presidente da es legal”.
Expertos sobre la ley señalan que en el Código Militar Uniforme incluye la obligación de rehusar obedecer una orden ilegal, pero que eso está sujeto a que un juez militar determine si una orden es o no ilegal.
El ex fiscal federal Peter Zeidenberg afirmó a Newsweek que “las declaraciones de los legisladores son legalmente precisas; los militares no deben de seguir órdenes ilegales. No hay nada inapropiado, y mucho menos sedicioso, de tal declaración”. Pero no todos tienen una autoridad moral intachable sobre órdenes ilegales. Una de las diputadas demócratas que participó en el video es Maggie Goodlander, quien fue oficial de la Marina y también es esposa de Jake Sullivan, el ex asesor de Seguridad Nacional del presidente Joe Biden. La Jornada ha entrevistado a varios oficiales militares que renunciaron a sus puestos en las fuerzas armadas porque consideraban que las órdenes giradas por Biden estaban apoyando a Israel en su genocidio en Gaza, y por lo tanto eran ilegales bajo la ley internacional. Por lo menos un grupo en Washington ha propuesto que Sullivan, junto con el ex secretario de Estado Tony Blinken y el propio Biden deberían deberían ser presentados ante la Corte Internacional por su complicidad en ese genocidio.
Sin embargo, en un contexto en donde el presidente estadunidense ha comentado que podría ignorar la Constitución y buscar un tercer periodo, quien ha “bromeado” sobre cómo después de esta elección tal vez ya no se necesitarán más, y alguien que repetidamente ha calificado a sus opositores como “enemigos” y “traidores” de Estados Unidos, la sugerencia de ejecutar a estos legisladores está detonando campanas de alarma.
O podría ser sólo más de lo mismo en el juego político dentro de Estados Unidos, y mañana será reemplazado por otro mensaje alarmante.