Ciudad de México. La Cámara de Diputados pasó para el martes de la próxima semana la discusión de la reforma a la Ley General de Salud que prohíbe en su totalidad la distribución y venta de cigarrillos electrónicos o vapeadores.
La decisión se tomó primero en la Junta de Coordinación Política y, más tarde se confirmó en el pleno de la Cámara, donde la mayoría aprobó cambiar el orden del día, donde originalmente aparecía como único asunto la discusión del dictamen en la materia.
Respecto de los cambios, la diputada Amancay González Franco (MC) señaló que el dictamen no prohíbe la comercialización de los calentadores de tabaco que, expuso, según la OMS son más dañinos para la salud, que los mismos vapeadores que se busca prohibir.
“Hoy la justificación es que el aerosol que producen los vapeadores contienen menos químicos que el humo que producen los calentadores de tabaco”, dijo.
La reforma, insistió, prohíbe los vapeadores y regula dispositivos electrónicos de nicotina, pero deja fuera a los calentadores de tabaco, categoría controlada en México por la tabacalera Philip Morris con su producto IQOS.
“Está claro que para la salud de los mexicanos ni uno ni otro, pero lo que hace evidente esta regulación es que esto no es salud pública, sino un traje a la medida para que la única opción legal sea la de los calentadores que produce la gran tabacalera Philip Morris”, señaló.
Además, resaltó que, tal como está redactada la ley, los jóvenes que adquieran cigarrillos electrónicos podrían ser sancionados con prisión de 1 a 8 años, mientras que la posesión de dosis personales de cocaína o metanfetamina no implica cárcel. “Será más peligroso comprar un vape que traficar droga”, resaltó.
González Franco dijo que, si bien está en favor de prohibir la venta y publicidad de vapeadores por sus riesgos para la salud comprobados, no se puede criminalizar a los jóvenes, por lo que adelantó una reserva para que se suprima esa medida.
Informó que, además, la reforma elimina el 8 por ciento del Fondo de Salud para el Bienestar, que se destina enfermedades catastróficas, dejando desprotegidos a pacientes con cáncer.