Washington y Nueva York. El presidente Donald Trump reiteró este martes su amenaza de lanzar ataques militares contra cualquier país que envíe drogas a Estados Unidos, defendió el bombardeo de embarcaciones perpetrado bajo el argumento de que transportaban drogas en el Caribe y expresó que anticipa que el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, pronto abandonará su país.
Al convocar a una reunión de gabinete, que en esta presidencia son más bien espectáculos mediáticos, el jefe de la Casa Blanca habló primero ante las cámaras por casi 40 minutos y después cedió la palabra a los secretarios, quienes sostuvieron que “este es el gobierno más inteligente en la historia del país” al servicio del “mejor presidente”.
Mientras los funcionarios hablaban y ofrecían los debidos elogios a su jefe, en lo que se volvió un tipo de concurso sobre el mejor mensaje laudatorio, el mandatario sonreía, interrumpía y a veces cerraba los ojos.
La reunión se convirtió al final en una conferencia de prensa y fue entonces que el mandatario fue cuestionado sobre los ataques contra las embarcaciones que, afirmó sin pruebas, transportaban drogas ilícitas en el Caribe y el Pacífico. Repitió su ya cuestionada afirmación de que cada barco hundido salva la vida de 25 mil usuarios e insistió en que la tasa de mortalidad por drogas se está reduciendo en Estados Unidos, sin ofrecer evidencia de ello.
“Vamos a sacar a esos hijos de perra”
“Los números sobre la mortalidad por el uso de drogas han bajado porque estamos haciendo esos ataques y vamos a empezar con la ofensiva en tierra. Es mucho más fácil, conocemos las rutas que toman, sabemos todo acerca de ellos, donde viven”, repitió el mandatario estadunidense. “Vamos a sacar a esos hijos de perra”.
Advirtió: “me dicen que Colombia está haciendo cocaína, tienen plantas de manufactura de esa droga. Quien sea que está haciendo eso y vendiéndolo a nuestro país está sujeto a ataque. No sólo Venezuela”.
Varios periodistas preguntaron acerca de que las fuerzas armadas realizaron un segundo ataque contra una embarcación que ya había sido destruida el 2 de septiembre, lo que legisladores de ambos partidos han indicado que podría ser un crimen de guerra, ya que fue para matar a los sobrevivientes de un bombardeo inicial, el comandante en jefe y su secretario de Guerra, Pete Hegseth, insistieron en que esa fue decisión de un almirante de la Marina, a quien apoyaron, aunque algunos observadores concluyeron que con esa versión defendieron al propio funcionario.
Al final, cuando el presidente se levantó para salir de la sala, un periodista preguntó si Maduro ha ofrecido irse. Trump sólo respondió: “lo hará”.
Pero todos estos comentarios fueron una pequeña parte del espectáculo de más de dos horas en la Casa Blanca, acto que sirvió más que nada para que Trump recibiera públicamente los elogios de sus empleados. Cuando el secretario del Tesoro reportó sobre los ingresos que recibe el gobierno estadunidense por los aranceles y de las empresas que han ofrecido acciones en sus negocios a las autoridades federales, el jefe de la Casa Blanca sugirió que tal vez estos recursos le permitirían eliminar los impuestos federales en Estados Unidos.
Nadie en esa sala se atrevió a mencionar que la deuda nacional de Estados Unidos, que actualmente supera los 38 billones de dólares, implica que resulte poco probable que ese sueño se logre en los próximos 100 años.
Como suele ser el caso en estas reuniones en público, faltan los hechos en las afirmaciones oficiales. Trump insistió en que más de 200 mil personas habían muerto por sobredosis de drogas el año pasado, a pesar de que la cifra oficial es la mitad de ese total. Su secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, comentó que 2 millones de inmigrantes indocumentados se han ido del país desde que el magnate llegó a la Casa Blanca, pero no hay nada ni nadie que confirme tal “logro”.
Desplome del narcotráfico
Hegseth afirmó, sin ofrecer evidencia, de que el narcotráfico marino se ha desplomado 91 por ciento.
La reunión del gabinete concluyó con un ataque verbal contra inmigrantes, esta vez los de Somalia, a quienes llamó “basura”. Al responder a preguntas sobre un escándalo de fraude y abuso del sistema de servicios sociales en Minnesotta, en el que están inmiscuidos algunos individuos de la amplia comunidad somalí en ese estado, Trump mencionó que el gobernador demócrata (candidato a la vicepresidencia en la pasada elección) Tim Walz debería renunciar y atacó a la diputada progresista y refugiada somalí Ilhan Omar (ambos no tienen nada que ver con el escándalo), y declaró que los inmigrantes del país africano “contribuyen nada. No los quiero en nuestro país…. La nación de ellos no es buena por alguna razón, apesta, y nos los queremos en nuestro territorio”.
Volvió a criticar a la diputada, al declarar que “Omar es basura… sus amigos son basura”.
Después de la reunión de su gabinete, el mandatario ofreció otra conferencia de prensa para anunciar una nueva iniciativa. Todos los niños nacidos entre 2025 y 2028 recibirán un regalo del presidente y el Congreso: un depósito de mil dólares a una “cuenta Trump”. Los fondos iniciales para estas cuentas provienen de los 6 mil millones ofrecidos por Michael Dell, el fundador de Dell Computers, y su esposa.
Ningún periodista logró preguntar si esta iniciativa era parte de privatizar los beneficios de jubilación del sistema del seguro social, ni quién estaría lucrando con el manejo de estas cuentas de inversión.
Vuelven las ofensas a periodistas
No podía faltar la critica y queja contra la prensa por el presidente, quien comentó que casi todos los días responde a preguntas “estúpidas” de los periodistas. La Casa Blanca recién estrenó un “portal de prejuicios de medios” para “combatir las mentiras sin base, contextos omitidos a propósito y locura izquierdista de los medios de fake news” y ahora solicita que el público les ayude enviando notas de noticias falsas para subir a ese sitio: https://www.whitehouse.gov/mediabias/.
Afuera de la sede presidencial, continuó la incesante guerra cultural. La mega estrella de pop, Sabrina Carpenter, exigió que la Casa Blanca deje de usar su música en videos para festejar las operaciones antimigrantes del gobierno en las redes sociales.
Carpenter respondió a la cuenta de X donde el gobierno usó parte de su canción Juno en un video donde agentes de migración arrestan a latinos. Acusó que la “grabación es malévola y repugnante. Nunca me involucren a mí o a mi música para beneficiar su agenda inhumana”.
Una vocera de la Casa Blanca respondió, según The Washington Post, al declarar que “no nos disculparemos por deportar a asesinos, violadores y pedófilos peligrosos de nuestro país, cualquiera que defienda a estos monstruos enfermos tiene que ser estúpida”.
A fin de cuentas, dicen que son el gobierno más inteligente.