Ciudad de México. Durante la presentación de la obra El impacto de la corrupción en la democracia, escrito por Delia Ferreira Rubio, se advirtió que solo dos países de nuestra región son democracias plenas.
“Esos países son Uruguay y Costa Rica; todos los demás estamos en las categorías de democracias defectuosas, sistemas híbridos o totalmente autoritarios”, dijo la autora, al subrayar que la corrupción erosiona todos los ámbitos de la democracia, sobre todo cuando persiste la impunidad, la “RED”: Robar, Esconder y Disfrutar, expuso.
Como parte de las actividades del Instituto Nacional Electoral (INE) en la Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara 2025, académicos y consejeras electorales abordaron el tema.
Dania Ravel, consejera del INE, señaló que la obra abarca la forma en que la corrupción erosiona la democracia desde sus cimientos, como un desgaste progresivo, silencioso, casi imperceptible al inicio pero devastador en su acumulación.
“No basta con ver la corrupción como un problema nacional, es un fenómeno que moldea la forma en que la ciudadanía se relaciona con la democracia a escala global... Cuando la corrupción se instala, la ciudadanía deja de percibir a las instituciones como garantes, las comienza a ver como obstáculos”, comentó.
Intentaron doblarnos: De la Mata
Antes, también en el contexto la FIL, los magistrados Felipe Fuentes Barrera y Felipe De la Mata, integrantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) presentaron el libro relacionado con la sentencia que confirmó la actual integración de la Cámara de Diputados: “Entre la Constitución y la campaña mediática”, cuyo contenido es de acceso gratuito en la página del TEPJF (https://www.te.gob.mx/editorial/obras/2484)
Fuentes subrayó que previo a la decisión de la Sala Superior, de confirmar el cálculo del INE de los espacios de mayoría relativa o plurinominales “hubo crítica exacerbada y una mala intención” para poner en duda la imparcialidad del TEPJF, pero la autoridad debió ajustarse al mandato constitucional delineado desde 1996 y no el mediático. “La Sala Superior no tiene militancia política”, reiteró.
Es decir, añadió, la lectura del TEPJF fue de equilibrio constitucional y no como afinidad ideológica o determinada por corrientes de pensamiento.
De la Mata sostuvo que la campaña que intentó influir en los magistrados “intentaba doblarnos”.
Aludió a la posición de “académicos de oposición, academia militante” que buscó complicar un tema que en términos jurídicos habría sido muy fácil.
