Providence.- La detención por error de un estudiante de secundaria de 16 años, pasante en la Legislatura de Rhode Island, desató fuertes críticas contra agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), acusados de interceptar al joven afuera del Tribunal Superior bajo la sospecha infundada de que era un inmigrante indocumentado.
El incidente, registrado en video, ocurrió cuando el adolescente regresaba a su escuela acompañado por el juez asociado Joseph McBurney, quien se ofreció a llevarlo después de que el menor se mostrara visiblemente alterado por el comportamiento de un agente que —según personal judicial consultado— tomó fotografías del estudiante dentro de la sala del tribunal. La seguridad del recinto pidió al individuo que dejara de hacerlo, momento en que éste se identificó como agente de ICE. No se aclaró la razón de las fotografías.
Cuando el magistrado y el joven se dirigían al vehículo, al menos seis agentes rodearon el automóvil y ordenaron a ambos salir. En las imágenes se observa a un agente sujetando las manos del pasante mientras manifestantes presentes increpan a los funcionarios federales. “Es un niño, carajo”, se escucha gritar a una de las personas en el lugar.
El gobernador estadunidense, Dan McKee, calificó la actuación de ICE como “escandalosa e indefendible”, al advertir que una acción de ese tipo “pudo haber cambiado por completo la vida de un joven”. Tanto el presidente de la Suprema Corte estatal como legisladores locales se sumaron a las críticas, al considerar que la intervención vulneró protocolos básicos y afectó la confianza en el funcionamiento del sistema judicial.
De acuerdo con fuentes del Poder Judicial de Rhode Island, el estudiante fue conducido a un edificio cercano y liberado minutos después, cuando ICE verificó su identidad. La agencia federal sostuvo, mediante un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, que sus agentes buscaban a un “depredador infantil” y que interrogaron brevemente a una persona que “se parecía al objetivo”, pero afirmó que el joven “nunca fue detenido ni arrestado”.
El caso provocó preocupación entre organizaciones de derechos civiles, que advirtieron sobre los excesos del cuerpo migratorio y el riesgo que representan este tipo de intervenciones para menores, funcionarios judiciales y la población en general.