México avanza hacia el Mundial a paso lento, con números inalcanzables para cualquiera de sus rivales en Concacaf, pero cada vez más inseguro al momento de competir con naciones mejor calificadas en otras confederaciones. De septiembre a la fecha, la selección nacional no pudo imponerse en ninguno de los cinco partidos que tuvo ante representantes de Asia y Sudamérica, incluido el empate de ayer (0-0) contra Uruguay, campeona del mundo en las ediciones de 1930 y 1950, y ahora liderada por un entrenador por el que dueños y directivos de la Liga Mx confrontaron opiniones durante el pasado proceso rumbo a la Copa, el argentino Marcelo Bielsa.
Al no jugar eliminatorias por su condición de anfitrión, al igual que Estados Unidos y Canadá, el director técnico Javier Aguirre solicitó adversarios incómodos para sus jugadores, “rivales y escenarios que nos exijan, que puedan someterlos a procesos de presión para saber quién está preparado, elegir bien y no equivocarnos”, dijo en más de una conferencias de prensa.
Tras la conquista de la Copa Oro el pasado verano, en la que acumuló victorias ante República Dominicana, Surinam, Honduras y el invitado Arabia Saudita, todos ubicados fuera de los mejores 10 en el ranking FIFA, el Tricolor estuvo lejos de rendir al mismo nivel en los pasados encuentros amistosos.
La Celeste, cuarta en las eliminatorias de Conmebol, exigió a los mexicanos tanto como lo hicieron en septiembre Japón (0-0) y Corea del Sur (2-2), dos gigantes del continente asiático. Su dominio fue una mezcla de inteligencia y pundonor, de elementos a los que Bielsa aportó tareas de sacrificio difíciles de contrarrestar.
Miles de personas colmaron las gradas del TSM Corona, mostraron banderas, mensajes de apoyo al Vasco y sus dirigidos, pero al mismo tiempo enfrentaron los mismos efectos de la impaciencia por la falta de gol.
Si la goleada el mes pasado ante Colombia (4-0) y el último empate con Ecuador (1-1, en Guadalajara) encendieron una alerta en la preparación del combinado nacional hacia 2026, la visita de los charrúas a Torreón agrandó la brecha respecto a los países que aspiran a llegar más allá del quinto o sexto partido en una cita mundialista.
Aguirre cambió de nuevo la formación titular, dio oportunidad a los jóvenes Marcel Ruiz y el arquero Raúl Rangel, uno de los nueve elementos que ha probado en esa posición, incluido el cinco veces mundialista y hoy ausente Guillermo Ochoa.
Hirving Lozano y Roberto Alvarado intentaron detrás de Raúl Jiménez acercarse con acciones individuales. Si sus ataques no prosperaron, mucho tuvieron que ver las intervenciones de Santiago Mele, guardián de la portería charrúa y acostumbrado a salir con la pelota controlada pese a cualquier tipo de riesgo.
Paradójicamente, contrario a lo que vivió Mele, la afición lagunera abucheó al local Tala Rangel al ocupar el lugar del aclamado Carlos Acevedo, figura en Santos.
Con todo y su valentía, el tricolor no pasó del cero, lo que desató el enojo de la afición, que lanzó el grito de: "Fuera, Vasco".
Quien sí brilló con su juego fue Gilberto Mora, adolescente de 17 años que recibió una patada de Rodrigo Betancur, merecedora de tarjeta roja, y aún así siguió como si tuviera más edad que cualquiera. Con todo y su valentía, el Tri no pasó del cero.