Quito. Al menos cuatro personas murieron y otras 44 resultaron heridas el domingo en un enfrentamiento con armas de fuego y explosivos en una cárcel del suroeste de Ecuador donde en los últimos meses son usuales las reyertas, informó la autoridad penitenciaria.
Las cárceles ecuatorianas se convirtieron en centros de operación de bandas del narcotráfico, que en su intento por controlar este lucrativo negocio han protagonizado enfrentamientos en los que, desde 2021, han muerto cerca de 500 reclusos.
Cerca de las 03H00 (locales) del domingo, vecinos de la ciudad de Machala, en la provincia de El Oro, grabaron desde los exteriores los sonidos de disparos, explosiones y gritos de auxilio que salían desde el interior del centro de reclusión.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI) informó la mañana del domingo en un comunicado que cuatro personas murieron debido a los enfrentamientos, sin precisar si todos eran reclusos. Otros 43 internos y un policía resultaron heridos.
Equipos de élite de la policía ingresaron "inmediatamente" al penal y retomaron el control tras el amotinamiento, aseguró el SNAI.
A finales de septiembre, otra confrontación armada en esa misma cárcel causó 14 muertes, entre ellas la de un funcionario penitenciario.
Según la autoridad carcelaria, los nuevos enfrentamientos se dieron debido a "una reorganización" de algunos reclusos "en la nueva cárcel de máxima seguridad" construida por el gobierno del presidente Daniel Noboa en la provincia costera de Santa Elena (suroeste), cuya inauguración se espera para este mes.
En 2024 los militares tomaron el control de las cárceles del país por orden del Noboa, quien declaró al país en un conflicto armado interno. Sin embargo, en agosto de este año, ocho de ellas, incluida la de Machala, fueron traspasadas a la policía.
La mayor matanza carcelaria en Ecuador se produjo en 2021, cuando más de un centenar de reclusos fueron asesinados en una penitenciaría de Guayaquil (suroeste).
Los presos llegaron a transmitir en vivo y por redes sociales los cruentos enfrentamientos, con cuerpos decapitados e incinerados.