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Presentan versión fresca y actual de 'Giselle' sin perder su aire y estilo

El bailarín Alejandro Hidalgo, en el papel del conde de Silesia, y Ana Elisa Mena, como Giselle, durante un ensayo de la coreografía. Foto
El bailarín Alejandro Hidalgo, en el papel del conde de Silesia, y Ana Elisa Mena, como Giselle, durante un ensayo de la coreografía. Foto Yazmín Ortega
05 de noviembre de 2025 06:36

Ana Elisa Mena, como Giselle, danza junto al bailarín Alejandro Hidalgo, en el papel del conde de Silesia, en la nueva versión de ese ballet, a cargo de la destacada bailarina y educadora cubana-rusa Svetlana Ballester. Su expresividad en escena es reflejo de disciplina, estilo, técnica y entrega. Además de sus movimientos, la forma en que sus brazos y manos se mueven con suavidad y precisión hipnotizan a cualquier espectador.

Esta obra clásica del romanticismo se presenta hasta el 23 de noviembre en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, con la Compañía Nacional de Danza (CND), bajo la dirección artística de Erick Rodríguez.

En el montaje de la coreografía con los integrantes de la CND, Svetlana Ballester, ex bailarina principal del Ballet Nacional de Cuba, daba indicaciones, corregía poses, sugería “brazos sueltos”, “piernas largas”, incluso bailó con cada uno de los personajes.

En entrevista con La Jornada, la educadora cubana-rusa, creadora de la nueva versión de Giselle, comenta que su trabajo se basa en una profunda comprensión de la obra y su evolución a lo largo del tiempo.

El ballet clásico contará con la participación de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la batuta de Yhovani Duarte, director titular de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana.

Giselle es un ballet que conozco muy bien”, afirma Ballester, quien trabajó durante muchos años en el Ballet Nacional de Cuba dirigido por Alicia Alonso. “Sin embargo, creo que es importante actualizar la obra para que siga siendo relevante para el público actual. La vida cambia y el ballet también debe transformarse para mantener su esencia y estilo”, agregó.

Para la maestra, su versión respeta la época, el estilo y la historia, es decir, mantiene la esencia del ballet clásico. “Queremos que la obra sea fresca y actual, pero sin perder su aire y estilo. Hemos trabajado en nuevas coreografías, pantomimas y movimientos para darle más dinamismo y energía a la pieza”.

Ballester destaca la importancia del cuerpo de baile en la obra. “No hay una puesta en escena exitosa sin ellos. Les hice ver que también son protagonistas y que su participación es fundamental para el éxito de la obra”.

Giselle se basa en la leyenda de las Willis, espíritus de novias traicionadas que mueren antes de casarse y obligan a los hombres a bailar hasta la muerte. Se divide en dos actos: el primero transcurre en el mundo real, durante una alegre vendimia; el segundo, en un bosque encantando con elementos sobrenaturales.

Es la obra más representativa del ballet romántico del siglo XIX, que prioriza la emoción, la narrativa y lo etéreo sobre la formalidad clásica, se caracteriza por el “ballet blanco”, el tutú largo y las zapatillas de punta, utilizadas por primera vez para crear un efecto flotante.

La historia de amor entre los protagonistas es un tema universal que trasciende el tiempo. “Vemos ese primer amor, el desengaño, el engaño, el arrepentimiento, el perdón, el amor más allá de la muerte. Eso siempre va a estar ahí, porque es inherente a la condición humana y es algo que el público puede sentir y con lo que se puede identificar”.

Svetlana se considera una maestra exigente porque busca que los integrantes de la compañía alcancen su máximo potencial y con ello la excelencia. “Siempre le doy las herramientas al bailarín para que él sea mejor. No se trata de decirle que está mal, sino de darle las herramientas necesarias para que pueda mejorar. La sinceridad y la exigencia son fundamentales en este proceso”.

En opinión de la ex bailarina, la excelencia en la danza sólo se logra con exigencia y dedicación. “Cuando vemos un espectáculo de ballet o cualquier otra disciplina, sabemos que detrás hay dedicación y una gran exigencia”.

Pasión, emoción y dedicación

Sobre el ballet, que es un arte que requiere técnica y expresión, Ballester indicó: “Nosotros somos artistas que utilizamos nuestra técnica y nuestro cuerpo para expresar. No podemos simplemente movernos sin sentido, como robots. La danza requiere pasión, emoción y dedicación, pero también quiero que el bailarín se sienta libre de expresar y de conectar con el público”. La combinación de técnica y expresión es lo que hace que la danza sea un arte tan poderoso y conmovedor.

En las funciones de la nueva versión de Giselle participarán en el rol principal de la joven campesina, Ana Elisa Mena (9 de noviembre), Mayuko Nihei (los días 6, 11 y 18), Yoali Souza (los días 13 y 16) y Valeria Mariaud (los días 20 y 23). En el papel de Albrecht, el conde de Silesia, participan Alejandro Hidalgo (9 de noviembre), Alejandro Mendoza (los días 13 y 16), Argenis Montalvo (los días 6, 11 y 18) y Roberto Rodríguez (los días 20 y 23).

Myrtha, la reina de las Wilis, será interpretada por Greta Elizondo (6 y 18 de noviembre), Corinne Jarvis (los días 13 y 16), Ana Paula Montero (los días 20 y 23) y Elisa Ramos (9 de noviembre).

La temporada de Giselle será en el Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas) hasta el 23 de noviembre, martes y jueves a las 20 horas, y los domingos a las 17 horas.

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