Nuevo Laredo, Tam., En medio del aroma del cempasúchil y la luz de las veladoras, familiares de víctimas de desapariciones y ejecuciones atribuidas a militares, marinos, guardias nacionales y policías estatales colocaron un altar de muertos a un costado del Memorial a las Víctimas, en la Plaza Primero de Mayo.
La conmemoración del Día de Todos los Santos y el Día de Muertos, una tradición mexicana se transformó en un acto de memoria y exigencia de justicia para quienes fueron arrebatados por la violencia institucional.
Entre flores, fotografías y mensajes, se recordaron los nombres de las niñas Heidi Mariana Pérez Rodríguez y Lidia Iris Fuentes Galván, asesinadas en hechos relacionados con fuerzas federales. Sus historias marcaron profundamente a la comunidad de Nuevo Laredo.
Heidi Mariana, de 4 años, murió el 31 de agosto de 2022 cuando elementos del Ejército Mexicano dispararon contra el vehículo en que viajaba con su abuela y su hermano. El caso permanece sin resolución, pese a las promesas de justicia hechas por las autoridades.
“Prometieron justicia, pero solo nos dejaron el silencio”, expresó una mujer durante la ceremonia, sosteniendo una vela encendida frente a la foto de la pequeña.
Un año después, el 12 de octubre de 2024, Lidia Iris Fuentes Galván, de 8 años, fue asesinada por elementos de la Guardia Nacional en el Fraccionamiento Palmares. La menor intentó protegerse agachándose, pero recibió un disparo en la cabeza.
“Yo no vengo a celebrar, vengo a recordarle al gobierno que mataron a mi hija y que no hay nadie en la cárcel”, dijo su madre, Iris Yajaira Galván. “Lidia merece justicia, no olvido”.
De acuerdo con el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CDHNL), entre 2022 y 2025 se han documentado 36 víctimas civiles en hechos relacionados con SEDENA y Guardia Nacional, incluyendo cuatro menores de edad.
“El altar no es solo una ofrenda, es una denuncia colectiva”, afirmó Raymundo Ramos Vázquez, presidente del CDHNL. “Cada flor representa una vida arrebatada, cada vela una promesa incumplida de justicia”.
El altar también rindió homenaje a los periodistas Víctor Hugo Lugo y Salvador “Chava” González, quienes acompañaron a las familias en su lucha. Sus fotografías, junto a las de los niños, madres y jóvenes desaparecidos, convirtieron la ofrenda en un símbolo de resistencia y memoria en una ciudad que, entre flores y dolor, se niega a olvidar.