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¿Por qué Lula quiere otro mandato?

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante un acto público en Brasilia. Foto
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante un acto público en Brasilia. Foto Europa Press
26 de octubre de 2025 00:02

Finalmente, en la reunión de Malasia, Lula declaró abiertamente que se siente muy bien y que se presentará a un cuarto mandato. 

¿Por qué Lula busca otro mandato? 

En primer lugar, como él mismo ha reiterado, para evitar que la derecha vuelva a gobernar Brasil. El hecho de haber derrotado a todos los posibles candidatos rivales refuerza la idea de que su candidatura tiene cada vez más posibilidades de ganar y obtener un cuarto mandato. Esto significaría continuar con los programas que ha estado desarrollando, incluso sin mayoría en el Congreso, y que han caracterizado a todos los gobiernos del PT. 

Sobre todo, las políticas sociales son una prioridad, como forma de resistencia y para combatir el neoliberalismo. En lugar de ajustes fiscales, las políticas sociales son una prioridad. Con ellas, el gobierno de Lula ha logrado aliviar relativamente el problema más grave de Brasil: ser el país más desigual del continente más desigual del mundo. 

Desigualdades sociales, sobre todo, pero también desigualdades regionales. Este es, sin duda, el gobierno de Lula que implementa más políticas sociales, con nuevas modalidades, no sólo de carácter social, sino también de género, regionales y otros aspectos. Pero lo que aún persiste como un fuerte elemento del neoliberalismo es la presencia del capital financiero en su forma especulativa. 

Este capital no produce bienes ni empleos, y se nutre de altas tasas de interés. Este ha sido un problema que el propio Lula ha abordado, como lo hizo recientemente. No tiene sentido, con la inflación bajo control este año y pronósticos favorables para el próximo, mantener la tasa de interés del 15 por ciento. 

Es cierto que el mandato de Galípolo continuará durante algún tiempo. Y que los gobiernos anteriores del PT combinaron una política de desarrollo económico con un presidente del Banco Central más centrado en controlar la inflación. Pero esta diferencia nunca se ha convertido en una contradicción, en la que la economía podría –y debería– crecer a tasas más altas, pero no lo hace, frenada por las altas tasas de interés. 

Es probable que este problema persista durante la primera parte del probable cuarto mandato de Lula. Pero es necesario abordarlo para lograr una solución positiva. Lula comprendió hace tiempo que los gobiernos del Partido de los Trabajadores deben asumir la responsabilidad de controlar la inflación. 

Por un lado, porque la inflación grava los salarios de los trabajadores, quienes tienen menos poder adquisitivo a mediados de mes si la inflación erosiona sus salarios. Pero también porque comprendió que la inflación tiene una dimensión sicológica ampliamente explotada por los medios de comunicación para generar incertidumbre en el entorno económico, incluso cuando está bajo control, como ocurre ahora. 

Un cuarto gobierno de Lula debería tener como uno de sus objetivos eliminar esta posición que aún ocupa el capital especulativo, desestabilizarlo y llevar a Brasil de la fase actual de antineoliberalismo a una fase posneoliberal que permita retomar el crecimiento económico a niveles más altos, expandir aún más el empleo y promover la transformación democrática del Estado brasileño. 

Otro tema que Lula podría abordar en su probable nuevo mandato sería convertir a Brasil en un territorio libre de analfabetismo, que aún afecta a decenas de millones de trabajadores. El objetivo del gobierno del Partido de los Trabajadores de transformar a todas las personas en ciudadanos –sujetos de derecho– presupone que tengan la capacidad de leer y acceder al conocimiento. 

Más aún porque, además de los analfabetos tradicionales, existen los analfabetos funcionales: aquellos que aprendieron a leer pero, al no practicar la lectura, perdieron la capacidad de leer, comprender un texto y escribir. En el país de Paulo Freire, responsable del método de alfabetización más importante, esto se vuelve aún más inaceptable. 

Es un objetivo complejo, también porque hoy en día la mayoría de las personas analfabetas son personas mayores, a quienes es necesario convencer de que aprender a leer vale la pena e implica adaptar los métodos tradicionales a un mundo único. Este objetivo –que se espera que un cuarto gobierno de Lula emprenda– requiere una campaña nacional, y una movilización de estudiantes y docentes de escuelas públicas para que participen activamente en la labor comunitaria nacional. 

Esto es para que el cuarto gobierno de Lula lleve a Brasil a ser un país libre de analfabetismo, digno de ser el país de Paulo Freire. Las elecciones aún están por llegar. 

Ojalá la nueva campaña electoral también sirva para promover un amplio debate nacional sobre los problemas actuales y el futuro del país, así como para impulsar amplios procesos de movilización popular, que Lula ya ha demostrado su capacidad para implementar. 

Además, un Congreso menos deficiente que el actual será necesario para que el cuarto mandato de Lula sea el mejor.

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¿Por qué Lula quiere otro mandato?

Un cuarto gobierno debería eliminar el capital especulativo.
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