El gobierno de Donald Trump está estudiando un plan para limitar una serie de exportaciones a China que contienen software estadunidense, desde computadoras portátiles a motores a reacción, en represalia contra las restricciones a la exportación de tierras raras de Pekín, según un funcionario y tres personas informadas por las autoridades.
El que se estén considerando tales controles muestra que Washington está sopesando una escalada dramática de su enfrentamiento con China, pese a que algunos dentro de la administración favorecen un enfoque más moderado, según dos de las fuentes.
“Todo lo imaginable se fabrica con software estadunidense”, dijo una de las fuentes, subrayando el amplio alcance de la medida propuesta.
Los funcionarios podrían anunciar la medida para presionar a China, pero no llegar a aplicarla, dijo una de las fuentes.
Sin embargo, Trump reiteró el miércoles que esperaba llegar a un acuerdo comercial con el presidente chino, Xi Jinping, y que le plantearía su preocupación por las compras chinas de petróleo ruso durante la reunión que tendrán en Corea del Sur la próxima semana.
“Creo que llegaremos a un acuerdo”, dijo Trump a los periodistas durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y agregó que también esperaba algún trato con China para que reanude las compras de soya estadunidense.
Ante lo que calificó como medidas “increíblemente agresivas” y “desproporcionadas” de Pekín para frenar exportaciones de minerales de tierras raras, el representante comercial, Jamieson Greer, dijo que junto al secretario del Tesoro discutirá el asunto con funcionarios chinos en Malasia.
El negociador comercial estadunidense dijo que las medidas de China violaban un acuerdo que sus funcionarios habían alcanzado hace meses para seguir suministrando tierras raras necesarias para la alta tecnología, pero que todavía había una “buena zona de aterrizaje” para que Estados Unidos y China comercien de una manera más equilibrada.