Huehuetla, Hgo. El deslave de un cerro provocado por las intensas lluvias sepultó prácticamente al poblado indígena de Acuautla, municipio de Huehuetla, Hidalgo, enclavado en la región Otomí–Tepehua de Hidalgo. Aunque no se reportaron víctimas mortales, los daños materiales son incalculables y la comunidad permanece incomunicada desde hace más de diez días.
Acuautla, que irónicamente en idioma náhuatl significa "Bosque entre el agua" o "Bosque junto al agua" se ubica a unos 10 kilómetros al noreste de la cabecera municipal de Huehuetla, entre esta localidad —hoy devastada por la inundación del río Pantepec— y San Gregorio, cerca de los límites con el estado de Veracruz.
De acuerdo al último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informatica (Inegi), realizado en 2020, en ese año tenía 527 habitantes equivalente al 2.31por ciento de la población municipal y de los cuales 262 eran hombres y 265 mujeres.
Hace cinco años, el Inegi contabilizó 161 viviendas particulares habitadas en la localidad. Por otra parte, el Catálogo de Comunidades Indígenas realizado por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo en 2013, descubrió que el 90 por ciento de la población dominaba y usaba la lengua originaria, en este caso el náhuatl.
La mayoría de los pobladores son labriegos que se dedican a la producción y venta de jengibre, que comercializan en los vecinos estados de Veracruz y Puebla, cuyos campos se vieron arrasados por la lluvia y el deslave.
La noche del 9 y la madrugada del 10 de octubre, un alud de lodo y piedras se desprendió de un cerro debido al reblandecimiento del terreno por las lluvias acumuladas durante cuatro meses. El deslave arrasó viviendas y bloqueó los caminos de acceso.
“Se sintió como un temblor, como si la tierra se moviera poco antes del deslave”, narró don Eustaquio, habitante de Acuautla.
Las calles quedaron cubiertas por gruesas capas de lodo y rocas que dañaron casas y vehículos. Los caminos hacia la cabecera municipal y San Clemente están sepultados bajo toneladas de fango y piedra, lo que ha dejado a la comunidad aislada y sin servicios básicos: no hay electricidad, internet, ni abasto de alimentos.
Por ello, la mayoría de los pobladores, principalmente los que perdieron sus casas, se fueron a vivir con familiares y amigos que tienen sus viviendas en San Gregorio y otros más en localidades del municipio de Pantepec, estado de Puebla.
Desde entonces, voluntarios de organizaciones campesinas y civiles recorren a pie las veredas de los cerros para llevar alimentos, medicinas, ropa, velas y plantas de luz portátiles con combustible. Al igual que en la cabecera municipal, el panorama es desolador: no hay víveres, medicinas, agua embotellada ni gasolina.
Aislado también el barrio de Aztlán
Una situación similar enfrenta el barrio Aztlán, a dos kilómetros al oeste de Huehuetla, afectado por el desbordamiento del río Pantepec. Las viviendas quedaron inundadas con lodo y el camino de acceso permanece bloqueado, dificultando la entrega de ayuda. Caminar es complicado: el lodo alcanza hasta 30 centímetros de espesor.
Una camioneta que fue arrastrada por la corriente del lodo que cayó del cerro impactó el vehículo contra la cortina de una tienda de abarrotes. La pick up quedó dentro del local totalmente destruido.
El cableado eléctrico y los postes que lo sostenían se vinieron abajo junto con las ramas y troncos de los árboles que fueron arrastrados por el alud. En diversos puntos del poblado hay autos y hasta camiones de carga semisepultados por el fango.
Luego de que La Jornada publicó el pasado jueves un reportaje con base en un recorrido hecho por ese diario por la llamada “zona cero”, es decir, la colonia Nueva de Huehuetla donde más de 300 inmuebles, entre viviendas y comercios así como un par de centros escolares fueron devastados, el 17 de octubre elementos del Ejército Mexicano lograron llegar a Acuautla por tierra para implementar el Plan DN-III-E de auxilio a la población civil.
Repudio popular a la edil de Huehuetla, Hidalgo
Durante la visita de la presidenta, Claudia Sheinbaum, y el gobernador, Julio Menchaca, el sábado pasado a la cabecera de Huehuetla, la población recibió con entusiasmo a la mandataria federal pese a las pérdidas sufridas por la inundación. En contraste, la alcaldesa morenista, Yaralen Cortés Mendoza, fue recibida entre abucheos y gritos de “¡Fuera Yara!” cuando se descubrió que viajaba en un vehículo de la comitiva presidencial.
Los habitantes la acusan de ausentarse durante toda la emergencia y de no realizar recorridos para evaluar daños ni coordinar acciones de protección civil, pese a las alertas emitidas por la Conagua de la peligrosidad de las lluvias. También señalan que la distribución de despensas federales realizada por funcionarios del ayuntamiento ha sido caótica y que la ayuda no llega a los damnificados que perdieron sus casas y muebles por la inundación del río Pantepec.
Los vecinos han señalado que el descuido y ausencias de sus funciones como alcaldesa, se deben a que Cortés Mendoza es originaria de Ixhuatlán de Madero, estado de Veracruz —hecho que ella misma reconoció al asumir el cargo en una publicación en la página oficial del ayuntamiento de Huehuetla—.
Por esa razón, Yara ha sido cuestionada desde su designación en 2024 como candidata de Morena por no pertenecer ni al municipio ni al estado de Hidalgo.
Lluvias persistentes agravan crisis
Como si fuera poco, desde la tarde del domingo y la madrugada del lunes se registraron nuevas lluvias intensas en la región Otomí–Tepehua, provocando más deslaves en Tenango de Doria, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla.
Autoridades estatales prevén informar en las próximas horas sobre los daños adicionales ocasionados por las precipitaciones recientes.