Criaturas fantásticas y terroríficas invadieron ayer el centro de la ciudad para regocijo de más de 120 mil personas en la experiencia sobrenatural de cada año para empezar las celebraciones por el Día de Muertos.
Con la última campanada del mediodía de la Catedral empezaron a desfilar más de 170 alebrijes monumentales, entre bandas de marcha con sus grupos de bastoneras, comparsas de carnaval, ballets folklóricos, concheros y mojigangas, del Zócalo al Ángel de la Independencia, en Paseo de la Reforma; cuatro horas después, una procesión de zombis y otros personajes macabros avanzó del Monumento a la Revolución a la Plaza de la Constitución.
El decimoséptimo Desfile de Alebrijes Monumentales que organiza el Museo de Arte Popular convocó a miles que ocuparon las aceras de 5 de Mayo, Juárez y Reforma para contemplar las criaturas fantásticas hechas con alambre y cartón, policromados con vivos colores y algunos con mecanismos que les dieron movimiento.
Las obras permanecerán en Reforma, entre Burdeos y Florencia, hasta el 9 de noviembre. En su mayoría, fueron elaborados en colectivo por familias de cartoneros, talleristas de casas de cultura o escuelas, pero hubo quien trabajó en solitario, como Ricardo Susmaya, quien en su empeño por terminar el alebrije Lobo araña volador y participar, perdió su empleo de restaurador de la fachada de tezontle en el edificio de la Cámara de Diputados.
Desde figuras sencillas como la de Susmaya hasta complejas como el Teatribrije de los talleristas de cartonería y títeres del Faro Azcapotzalco, fueron recompensados a su paso por miles de espectadores con su asombro, aplausos y la captura fotográfica en sus teléfonos.
Más tarde, los muertos vivientes salieron de su letargo dispuestos a recorrer las calles del Centro y pasar un fin de semana ameno con máscaras, maquillaje que simulaba piel muerta o caracterizados de personajes de película de terror.
Las familias aprovecharon para tomarse fotos, comer alguna fritura y perderse por las calles del primer cuadro como Madero y 16 de Septiembre, que se vieron abarrotadas con otros paseantes.
En lo que se perfila para ser una tradición de cada año en la capital, más de 120 mil personas se dieron tiempo para disfrutar de las actividades del Día de Muertos que el gobierno de la ciudad adelantó.
Payasos, monstruos, momias y catrinas caminaron por avenida Juárez hasta 5 de Mayo para ingresar al Zócalo, donde se dispersaron entre los asistentes a la Feria del Libro. Al final, muchas personas pasaron a cafés y bares para concluir la velada monstruosa.