Ciudad de México. Debido a la constante exposición de imágenes y mensajes sobre estereotipos de belleza en redes sociales, muchas niñas y adolescentes presentan trastornos alimenticios y afectaciones en su salud mental. La percepción distorsionada del cuerpo impacta en el desarrollo de patologías como depresión, ansiedad, ideas suicidas y baja autoestima, aseguró Ana María Balboa Verduzco, académica del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En un comunicado, alertó a los padres de familia para detectar estos trastornos mediante la observación de conductas atípicas —aislamiento, depresión, pérdida repentina y constante de peso o frustración—, además de fomentar la revisión médica periódica que incluya análisis clínicos. Indicó que el uso de redes sociales es un grave factor de riesgo e influyen negativamente en los hábitos alimentarios y el bienestar sicológico.
Los trastornos alimentarios son considerados por la Organización Mundial de la Salud como desórdenes mentales y del comportamiento, caracterizados por un temor persistente a ganar peso y una conducta alimentaria descontrolada, tanto en mujeres como en hombres, explicó la especialista en ciencias en Medicina Conductual.
Este entorno distorsionado en redes sociales puede tener consecuencias graves, aseguró, al propiciar alimentación desordenada, dietas extremas, inanición y ejercicio excesivo, lo cual deriva en daño neurológico (disminución de la velocidad del habla), alteraciones hormonales (como la suspensión de la menstruación en mujeres jóvenes) y problemas cardiacos, digestivos y dentales —estos últimos ocasionados por los ácidos gástricos tras los vómitos recurrentes en casos de bulimia—.
Balboa Verduzco afirmó que la aplicación de diversas técnicas de terapia cognitivo-conductual ha mostrado resultados exitosos en el tratamiento de estos padecimientos. “La recuperación requiere trabajo constante, paciencia y un manejo adecuado de la narrativa personal, que favorezca pensamientos positivos en torno a los alimentos, así como el fortalecimiento del autoconcepto y la autoestima”.
Detalló que, cuando el problema ya está presente, es necesaria una atención integral que incluya la intervención de profesionales de la salud (sicólogo, pediatra, nutriólogo y paidosiquiatra, en caso de menores de edad), así como la participación directa de la familia. Recomendó también mantener una alimentación balanceada, con base en verduras y agua natural, la práctica de ejercicio moderado y la convivencia familiar en espacios al aire libre, para favorecer un desarrollo armónico y saludable.