Ciudad de México. Activistas en pro del derecho a la salud, investigadores y legisladores instaron al gobierno federal a fortalecer las acciones que eliminen el uso de grasas trans (aceites parcialmente hidrogenados) en todos los alimentos, y cuyo "único fin es garantizar una vida en anaquel más prolongada para sus productos ultraprocesados".
En conferencia de prensa, el diputado morenista Joaquín Zebadúa Alva, destacó que la industria que fabrica estos productos "ya los ofrece, en otros países, sin el uso de grasas trans, como lo índica la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha alertado sobre los efectos nocivos de esta sustancias".
Destacó que tras la aprobación de la Ley que establece el etiquetado frontal de alimentos, corresponde al Ejecutivo federal, a través de la Secretaría de Salud, emitir el reglamento que permita al gobierno federal aplicar las medidas de supervisión de la norma, que establece que "ya no debe haber exceso de grasas trans en los productos ultraprocesados, porque la ley está vigente desde hace dos años".
Sin embargo, reconoció que el reglamento que se aplica actualmente no permite la revisión sobre las sustancias con que han sido elaborados los productos ultraprocesados. "No podemos ir a los puntos de venta, tomar los paquetes y hacer los análisis de laboratorio".
Al respecto, Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa MX, recordó que en México cerca de 13 mil personas pierdan la vida cada año por males vinculados al consumo de grasas trans, y a nivel mundial recordó que la cifra se eleva a 500 mil. Se trata, dijo, de muertes que pueden ser prevenirles.
En el caso de nuestro país, enfatizó, que se podrían frenar con dos medidas básicas: la prohibición del uso de los aceites parcialmente hidrogenados en la producción de alimentos; y la limitación del contenido de ácidos grasos tan de producción industrial, a no más de dos gramos por cada cien de grasas totales en todos los alimentos.
Sin embargo, alertó que existe una propuesta de reforma a la Ley General de Salud que elimina dos párrafos del artículo 216 Bis en el que se establece que los alimentos, bebidas no alcohólicas, aceites y grasas no podrán exceder dos partes de ácidos grasos trans de producción industrial por cada cien parte del total de ácidos grasos.
Así como el que sea la Secretaría de la Salud establecerá las bases de regulación para los ácidos grasos trans de producción industrial en los términos establecidos.
Al respecto, la doctora Claudia Ivonne Ramírez Silva, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), destacó que existe evidencia científica, libre de conflicto de interés, que ha demostrado el impacto negativos en la salud del uso de las grasas trans industriales en los alimentos.
"Diversos estudios epidemiológicos, clínicos y de composición de alimentos han demostrado que estas grasas elevan el colesterol, favorecen la inflamación sistémica, entre otros efectos, lo que eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y mortalidad prematura".
El doctor Patricio Heriberto Ortiz Fernández, jefe de Hospitalización en el Instituto Nacional de Cardiología, subrayó que otro de los efectos en el cuerpo, es que las grasas trans disminuyen el colesterol bueno y elevan el malo, además de generar estrés oxidativo y de contribuir a la rigidez vascular.
El consumo de grasas trans, dijo, se asocia a un aumento del riesgo de cardiopatías coronaria y de muerte por esta causa. Aumenta también el peligro de una muerte por cualquier causa en 34 por ciento, y de enfermedad coronaria en 24 por ciento.