Nuevo Laredo, Tam. El La Asociación de Transportistas de Carga (ATC) ha solicitado la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y los consulados de México en Estados Unidos para resolver una problemática creciente: el rechazo masivo de solicitudes de visa a operadores de tráiler en modalidad transfer y B1.
La razón del rechazo radica en la falta de fluidez en el inglés, una exigencia que consideran desproporcionada para los conductores cuyo trabajo se limita a la franja fronteriza.
Pedro Lozano, presidente de la ATC, destacó que, si bien para los choferes que viajan al interior de Estados Unidos un buen dominio del inglés es fundamental, esta solicitud no tiene la misma relevancia para los operadores de modalidad transfer, cuyo recorrido se limita a áreas cercanas a la frontera, como Laredo, Texas, donde el español sigue siendo el idioma predominante.
“Es injusto que se les niegue la visa por no hablar inglés perfectamente. Lo que realmente importa es que conozcan las señales viales y los procedimientos básicos de seguridad. Los operadores de la frontera no requieren un dominio fluido del inglés para llevar a cabo su trabajo de manera segura y eficiente”, explicó Lozano.
Aunque la ATC ha sostenido diversas reuniones con cónsules de ambos países, los esfuerzos no han dado frutos, ya que la medida parece provenir directamente de autoridades del gobierno estadounidense en Washington. Ante la falta de solución, el gremio ha solicitado apoyo a la SRE, así como a legisladores mexicanos y estadounidenses como Henry Cuellar y Ted Cruz, para flexibilizar los requisitos de idioma y evitar un déficit de operadores que podría tener repercusiones graves en el comercio transfronterizo.
Como medida preventiva, la ATC ha lanzado cursos intensivos de inglés para aquellos conductores con citas próximas para la renovación de sus visas. Este esfuerzo tiene como objetivo garantizar que la operación logística en la frontera no se vea afectada por una escasez de operadores capacitados.
“El capital humano es esencial para mantener el comercio en marcha. Necesitamos tiempo o, mejor aún, una política más flexible. De no ser así, el impacto será muy negativo para el sector”, advirtió Lozano.