Huixtla, Chiapas. La Caravana migrante autodenominada “Por la Libertad” siguió su camino en busca de salir de la frontera sur y llegó este jueves al municipio de Huixtla, a 45 kilómetros de Tapachula de donde partieron ayer.
Durante su escala en Huehuetán, donde pernoctaron anoche, los extranjeros fueron atendidos por brigadas de organizaciones de la sociedad civil y de salud estatal que les brindaron asistencia médica, psicológica y orientación jurídica.
El haitiano Styvin Jean Baptiste contó que se sumó al contingente porque no vio respuesta a su petición de asilo ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y por la falta de empleo que le permitiera costear la estancia.
“En Tapachula estábamos en una vida muy difícil, no hay trabajo, y cuando uno va a migración lo dejan botado, no entregan papeles”, dijo en el poco español que habla.
El hombre de 25 años de edad considera que en el centro del país o el norte podría encontrar mejores oportunidades laborales en lo que continúan su proceso en busca de una legal estancia en el país.
Aunque el Presidente de Estados Unidos ha endurecido las políticas en contra de los migrantes con mayor seguridad en la frontera con México y deportaciones masivas, el caribeño dice que no pierde la esperanza de algún día lograr el sueño americano, mientras tanto contempla quedarse un tiempo en México y ahorrar.
“Vamos caminando, luchando para llegar a la Ciudad, allá es mejor. Sólo Dios sabe, hoy Donald Trump puede cerrar la frontera pero mañana quién sabe”, expresó.
El haitiano viaja con un hermano y un primo, salieron de la isla porque allá las condiciones de vida empeoran cada vez más desde el terremoto en 2010 y tras el asesinato del Presidente del país en 2021.
Los migrantes de la Caravana decidieron emprender la caravana luego de denunciar condiciones precarias de estancia en la fronteriza ciudad de Tapachula y falta de respuesta a sus trámites migratorios.
Por ahora la mayoría no busca llegar a Estados Unidos por el endurecimiento de las políticas del Presidente Trump, sino llegar a Ciudad de México u otras zonas como Monterrey donde haya más opciones laborales y mejores salarios con las que puedan mejorar sus condiciones de vida y ayudar a sus familias que se quedan en sus países de origen.