Los republicanos del Senado estadunidense presentaron un proyecto de ley de gastos en el que se plantea recortar millones de dólares a los programas energéticos, incluyendo una reducción de 25 por ciento a una oficina del Departamento de Energía (DOE) que tiene como objetivo desarrollar y modernizar la red energética estadunidense.
El senador John Kennedy, presidente republicano del Subcomité de Asignaciones del Senado sobre Desarrollo de Energía y Agua, calificó el proyecto de ley como “un paso responsable hacia la reducción del gasto inflado y al mismo tiempo fortaleciendo las infraestructuras de defensa y energía de Estados Unidos” en una declaración el lunes.
El proyecto de ley reduciría el gasto en 1.1 por ciento en general, incluyendo un recorte de 6.5 por ciento al gasto no relacionado con defensa y un recorte de 25 por ciento a la Oficina de Despliegue de la Red del DOE .
La propuesta, que debe conciliarse con un proyecto de ley de asignaciones de energía de la Cámara de Representantes, se publicó sin el visto bueno de la miembro de alto rango, la senadora Patty Murray, quien declaró a Politico que la propuesta era un esfuerzo “partidista” que la dejó “decepcionada por los recortes a programas críticos de energía limpia”.
En su solicitud de presupuesto para el año fiscal 2026, el Departamento de Energía había solicitado un recorte de 75 por ciento a la oficina de la red, parte del cambio continuo de la administración Trump hacia las energías renovables y hacia la inversión en fusión nuclear y combustibles fósiles.
A principios de este año, la administración canceló más de dos mil millones de dólares en fondos para esfuerzos en 25 estados bajo el Programa de Asociación para la Innovación y la Resiliencia de la Red, que tiene como objetivo fortalecer el sistema eléctrico contra condiciones climáticas extremas.
Los recortes se producen a pesar de la presión ejercida sobre los republicanos para que reduzcan las facturas domésticas de servicios básicos como la energía, que se han disparado a lo largo del año, en parte debido al envejecimiento de la red eléctrica estadunidense, cuya infraestructura tiene entre 50 y 75 años.
El Departamento de Energía estima que modernizar la red eléctrica costará cientos de miles de millones de dólares durante las próximas dos décadas.
La mayor demanda de energía de los centros de datos de inteligencia artificial y de los vehículos eléctricos no ha hecho más que agravar el problema del precio de la energía, y se espera que los precios sigan aumentando hasta 2026.