Chihuahua, Chih. La doctora en Historia, Alicia de los Ríos, hija de Alicia de los Ríos Merino, mujer integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, quien fue desaparecida por agentes del grupo paramilitar Brigada Blanca, en 1978, dio a conocer una carta pública, en el contexto de la conmemoración de los 60 años del asalto al cuartel de Madera.
La misiva recuerda el ejemplo que los guerrilleros caídos en el municipio de Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965, dejaron a futuras generaciones.
“Admirados maestros nuestros, me presento ante ustedes. Mi nombre es Alicia de los Ríos Merino y soy historiadora. Mis padres se conocieron cuando Enrique, escapando de su prisión política en enero de 1976 en Guadalajara, corrió de la prisión de Oblatos hacia una camioneta gritando: “Arturo Gámiz, Arturo Gámiz”, y Alicia, como parte del comando de afuera que apoyaba la fuga, lo recibió repitiendo la palabra clave: Madera, Madera”.
Alicia de los Ríos destaca que lo que pareciera una simple anécdota, “era un homenaje de jóvenes revolucionarios hacia ustedes: los pioneros insurgentes del Grupo Popular Guerrillero”.
“El asalto al cuartel de Madera fue el inicio del período conocido como la insurgencia moderna pero también de la contrainsurgencia mexicana, delimitadas ambas entre 1965 y 1990 por militantes, académicas y derecho-humanistas y retomado hasta hoy para frágiles políticas públicas de verdad, memoria, justicia y reparación de las comunidades vulneradas”.
“La primeras dos décadas después de sus ejecuciones, fueron generaciones juveniles y comunistas quienes retomaron sus nombres para nombrar espacios en resistencia, por ejemplo, algunos salones del Instituto Politécnico Nacional en la huelga de 1968 fueron nombrados como usted, profesor Arturo Gámiz”.
“Evidentemente, el Grupo Popular Guerrillero fue un ejemplo que se retomó en la formación de por lo menos 30 organizaciones políticas armadas, entre ellos sus compañeros y herederos más cercanos, el Grupo Popular Guerrillero Arturo Gámiz y el Movimiento 23 de Septiembre; si bien, la Liga Comunista 23 de Septiembre retomó la fecha de su última batalla, ha sido necesario explicar que eran generaciones más jóvenes cuya militancia, en su mayoría, no les conoció de manera personal, con excepción del propio Salvador Gaytán y otros campesinos y estudiantes sonorenses”.
En la carta, la historiadora chihuahuense revira que, “aunque hoy ustedes son reconocidos, durante esas décadas la memoria fue silenciada, con miles de personas en prisión política, torturadas, exiliadas, y un millar de personas desaparecidas, una mayoría combatientes comunistas”.
Alicia de los Ríos advierte que “hoy en el 60 aniversario parecería que no hay conflicto porque se les recuerda desde la oficialidad estatal, con letras de oro en el congreso de Chihuahua o en los libros de texto de la nueva escuela mexicana. Pero yo pensaría, queridos profesores míos, que esto aún no ha acabado”.
“El 22 de junio del 2022 una comunidad de sobrevivientes de la contrainsurgencia y de sus familias ingresamos al Campo Militar número 1 para atestiguar los trabajos de colaboración entre el Ejército Mexicano y la Comisión de la verdad y de acceso a la justicia en violaciones graves de derechos humanos, ocurridas entre 1965 y 1990, y como invitados de la Secretaría de la Defensa Nacional había militares que participaron en lo acontecido el 23 de septiembre de 1965 en Madera y en la tarde del 2 de octubre de 1968”.
“Fue entonces cuando entendí que en este país las heridas son hondas, están vivas y no pueden ser curadas con decretos, sino con verdad, justicia y memoria. Que, si hoy existen personas desplazadas y desaparecidas por mineras y por crimen organizado, es porque no hemos logrado detener el despojo que los llevó al cuartel esa mañana de hace 60 años”.
“Ojalá que lo logremos pronto, junto a otras luchas creativas, pacíficas y hermanas, en nuestra tierra y en Palestina y con los pueblos que resisten porque confían en que otra forma de vida digna y justa, es posible”.
“Gracias por su vida, que es ejemplo vigente. Como decía Judith Reyes: Arturo, Pablo, Emilio, Óscar, Salomón, Antonio, Miguel y Rafael no han muerto y ustedes, nosotras, sabemos porqué”.