Nuevo Laredo., Tams. La celebración del Día de la Independencia en México, que tradicionalmente representa una de las temporadas más esperadas para los comerciantes de banderas, ropa y accesorios tricolores, enfrenta este año un escenario inédito: una caída de hasta 40 por ciento en las ventas, atribuida al temor de compradores provenientes de Estados Unidos.
Los vendedores del primer cuadro de la ciudad explicaron que, a diferencia de otros años, la afluencia de clientes que cruzaban la frontera para adquirir artículos patrios disminuyó drásticamente. La razón, afirman, está relacionada con la política migratoria estadounidense y con la percepción de riesgo que sienten quienes residen del otro lado.
“Nuestros clientes nos dicen que ya no compran porque temen que Migración los cuestione al regresar, o incluso ser víctimas de agresiones de odio”, relató Alejandro Benavides, comerciante originario de Chiapas que desde hace una década se instala en la frontera durante septiembre.
Para quienes dependen de esta temporada, la situación resulta alarmante. Según los testimonios recabados, las ventas apenas alcanzan para cubrir los gastos de renta y transporte.
Mario Cortés, vendedor en la zona de la Plaza Hidalgo, compartió que los productos más solicitados —camisetas, blusas y banderas— mantienen cierta demanda, aunque muy por debajo de años anteriores.
“Sí se vende, pero no como antes. Lo que esperamos es que en los próximos días, con los preparativos del desfile, se reactive un poco la compra local”, comentó.
La incertidumbre económica no es nueva para el sector, pero en esta ocasión los comerciantes consideran que la variable migratoria se convirtió en el factor determinante. En el pasado, gran parte de sus clientes eran familias mexicoamericanas que viajaban para surtirse de artículos con los que celebraban las fiestas patrias en ciudades del sur de Texas.