La Paz, Méx.- Estudiantes, maestros, alumnos egresados, y padres de familia, en suma más de 400 personas, se congregaron para rendir homenaje a Eduardo Noé García Morales profesor fundador de la Escuela Preparatoria Oficial EPO No. 327, quien falleció en la tragedia del pasado miércoles diez, cuando explotó una pipa de gas LP en la zona del puente La Concordia, en la alcaldía capitalina de Iztapalapa.
En tanto, esta mañana al mismo tiempo que eran velados los restos del profe Noé en el municipio vecino de Chimalhuacán; en la colonia Ancón, de La Paz, se hacía lo propio con el cuerpo de Juan Carlos Sánchez Blas quien tenía 15 años de edad y quedó atrapado en las llamas, cuando se dirigía a su escuela del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en Iztapalapa.
A petición de las familias de ambas víctimas, los velorios se celebran de manera privada; incluso la policía municipal de La Paz, se encargó de evitar que cualquier medio de comunicación, se acercase a la última morada del estudiante del IPN.
Fue en la EPO 327, ubicada en la cima del cerro, donde acudió la comunidad de Lomas de San Sebastián y frente a un altar, colocaron flores, veladoras e incluso una ex alumna, elaboró un muñeco del maestro, con la técnica de amigurumi.
En la cajita, que semejaba un ataúd y velas led, había dos frases que acompañaban a la figura.
“Cuando pienso en rendirme, recuerdo lo valiente que fuiste antes de irte al cielo”. Las personas no son eternas, pero algunas tienen la capacidad de seguir, incluso, después de haberse ido. Y eso las vuelve infinitas”.
Sin contener el llanto, al menos una decena de personas tomaron el micrófono para expresar su dolor por la pérdida de su compañero, de su profesor normalista, quien era versátil y carismático.
Él impartía clases de inglés, computación, activación física, artísticas; pero, sobre todo, era un apasionado del pensamiento matemático.
Fabiola González Hernández directora de la EPO 327, durante su discurso y posteriormente, en entrevista, enarboló el profesionalismo del maestro como fundador de esta plantel, hace una década.
Con la fundación de la colonia en la cima del cerro, surgió la lucha por la construcción de las aulas y el equipamiento del inmueble, actos de los cuales, él fue partícipe.
“Fue un gran ser humano, siempre con sueños de cambiar a la comunidad, de apoyar a los jóvenes; como pueden apreciar no nada más les daba clases, él les daba consejos, siempre tenía una perspectiva de cambio, mejoras de apoyar; entonces eso creo, que solamente las personas que tienen la vocación lo logran y trascienden más allá”.
El profe Noé, como le decía de cariño la comunidad escolar, todos los días hacía un viaje de 50 minutos desde su morada en Chimalhuacán, a Lomas de San Sebastián.
Pasada la una de la tarde del miércoles diez, salió de la EPO para dirigirse a Santa Cruz Meyehualco, donde impartía clases de matemáticas en una escuela secundaria federal.
Alrededor de las 14 horas, quedó atrapado en el tránsito para conectar con la avenida Ermita Iztapalapa, justo en el momento en que volcó la pipa y ocurrió el incendio; las llamas le provocaron quemaduras graves, lo que finalmente fueron causantes de su deceso.
La esposa del profe Noe (también docente de la EPO 327), vela sus restos en compañía de sus tres hijas y familiares cercanos.